Montserratlh18La construcción del violín es un proceso largo, no ha cambiado demasiado a lo largo de los siglos. Todo empieza por la madera que es el material más importante; es vital para conseguir un sonido de mejor calidad. Dos tipos de madera son los más comunes a la hora de fabricar un violín: abeto para la tapa y arce para el fondo y la voluta.
La madera de arce más fina proviene de los Balcanes y el abeto que mejor se adaptada de los países de Europa central. Ambas son maderas muy blancas y el abeto da una sonoridad especial a los instrumentos de cuerda, por ello es crítica su calidad.
El diapasón es de ébano, la cual es una madera muy resistente. Las clavijas y el cordal se hacen mayormente de ébano o jacarandá, palisandro, palorosa... La madera de ébano proviene de África ya que es madera de la palmera datilera. Estas maderas no se barnizan y sufren mucha tensión por ello deben tener una dureza dureza extrema.
La forma de construcción es mediante molde interior. Los aros se ajustan a su forma. Estos son de 1.2 mm de espesor y son curvados ayudandonte un molde de hierro bastante caliente.
La tapa y el fondo del violín son cortados siguiendo su silueta y talladosa mano hasta conseguir la boveda necesaria.
El grosor del fondo y de la tapa no es el mismo en todo el violín; se encuentra entre los 2.5 y los 4.5 mm de espesor. Hay que ir ajustando los espesaores según el carácter de la madera. Esta ventaja es esencial en comparación con los violines que son hechos por máquinas.
Luego el fondo se encola a la aros. Se cortan las efes en la tapa y luego se ajusta y se fija la barra armónica.
Finalmente se encola la tapa, se insertan los filetes, se redondean los bordes y con esto se finaliza el cuerpo del instrumento.
La voluta o rizo se hace de madera de arce.
Cuando la voluta y el clavijero han sido terminados, el diapasón se encola privisionalmente al mango para poder ajustarlo al cuerpo, lo cual es un proceso que debe llevarse a cabo con alta precisión; tiene un gran impacto no sólo en las posibilidades técnicas del instrumento sino también en su sonido.
Así se ha finalizado el instrumento y está listo para barnizar.
Lo único que falta es el acabado de barniz.
Las tres funciones más importantes del barniz son: 1) Proteger al instrumento de las influencias negativas de la humedad y de la suciedad. 2) No disminuir las posibilidades sonoras del instrumento, por ello un barniz de gran flexibilidad, el barniz en lutería no es el mismo que en ebanistería. 3) Y enfatizar la belleza natural de la madera.
El barnizado es un proceso lento, puede llegar a tardarse en barnizar un violin más que en construirlo.
Debemos aplicar entre unas 16 a 20 manos según el resultado final que pretendamos conseguir e ir puliendo cada capa con lija muy fina para que el barniz tenga un acabado muy liso.
Todo el proceso puede tener una duración de entre 8 y 12 meses.
Y al final se consigue hacer resonar la madera con la que comenzamos el trabajo.
Todo empieza por la madera que es el material más importante; es vital para conseguir un sonido de mejor calidad. Dos tipos de madera son los más comunes a la hora de fabricar un violín: abeto para la tapa y arce para el fondo y la voluta.
La madera de arce más fina proviene de los Balcanes y el abeto que mejor se adaptada de los países de Europa central. Ambas son maderas muy blancas y el abeto da una sonoridad especial a los instrumentos de cuerda, por ello es crítica su calidad.
El diapasón es de ébano, la cual es una madera muy resistente. Las clavijas y el cordal se hacen mayormente de ébano o jacarandá, palisandro, palorosa... La madera de ébano proviene de África ya que es madera de la palmera datilera. Estas maderas no se barnizan y sufren mucha tensión por ello deben tener una dureza dureza extrema.
La forma de construcción es mediante molde interior. Los aros se ajustan a su forma. Estos son de 1.2 mm de espesor y son curvados ayudandonte un molde de hierro bastante caliente.
La tapa y el fondo del violín son cortados siguiendo su silueta y talladosa mano hasta conseguir la boveda necesaria.
El grosor del fondo y de la tapa no es el mismo en todo el violín; se encuentra entre los 2.5 y los 4.5 mm de espesor. Hay que ir ajustando los espesaores según el carácter de la madera. Esta ventaja es esencial en comparación con los violines que son hechos por máquinas.
Luego el fondo se encola a la aros. Se cortan las efes en la tapa y luego se ajusta y se fija la barra armónica.
Finalmente se encola la tapa, se insertan los filetes, se redondean los bordes y con esto se finaliza el cuerpo del instrumento.
La voluta o rizo se hace de madera de arce.
Cuando la voluta y el clavijero han sido terminados, el diapasón se encola privisionalmente al mango para poder ajustarlo al cuerpo, lo cual es un proceso que debe llevarse a cabo con alta precisión; tiene un gran impacto no sólo en las posibilidades técnicas del instrumento sino también en su sonido.
Así se ha finalizado el instrumento y está listo para barnizar.
Lo único que falta es el acabado de barniz.
Las tres funciones más importantes del barniz son:
1) Proteger al instrumento de las influencias negativas de la humedad y de la suciedad.
2) No disminuir las posibilidades sonoras del instrumento, por ello un barniz de gran flexibilidad, el barniz en lutería no es el mismo que en ebanistería.
3) Y enfatizar la belleza natural de la madera.
El barnizado es un proceso lento, puede llegar a tardarse en barnizar un violin más que en construirlo.
Debemos aplicar entre unas 16 a 20 manos según el resultado final que pretendamos conseguir e ir puliendo cada capa con lija muy fina para que el barniz tenga un acabado muy liso.
Todo el proceso puede tener una duración de entre 8 y 12 meses.
Y al final se consigue hacer resonar la madera con la que comenzamos el trabajo.
Espero te haya servido :D