La ética que desarrolla Epicuro se centra en la descripción del placer verdadero y en los métodos necesarios para obtenerlo
Epicuro diferencia entre dos tipos de placeres:
Placeres «en movimiento»: aquellos que se propagan por la carne y que provocan una excitación violenta y efímera. Epicuro los califica como «dulces y aduladores». Como ejemplo más claro podemos citar el placer sexual. Si trasladamos las palabras de Epicuro a un contexto más contemporáneo, podemos pensar en estos placeres como aquellos que producen una gran descarga de neurotransmisores (ya sea dopamina, endorfinas u otros), de manera que producen un «subidón» muy marcado, pero que posteriormente también producen sufrimiento por su falta. Como tales, son difíciles de moderar y proclives a dominar al individuo.
Placeres «en reposo»: este tipo de placeres inducen un «estado de equilibrio» en el individuo. Este estado se caracteriza por su naturaleza negativa: consiste en no tener frío, no tener hambre y no tener sed; y produce sosiego y ausencia de sufrimiento. Estos son los verdaderos placeres para Epicuro, pues son los que conducen a la calma y la sabiduría.
Esta clasificación de los placeres es muy importante para entender qué es el hedonismo de Epicuro. El epicureísmo aspira a la obtención de placeres más sutiles, obtenidos por vía negativa y que si se cultivan correctamente conducen a la paz. Como se puede apreciar, esta clasificación tan sencilla es ya en sí misma un condicionante para un tipo de vida muy concreto.
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Irisssssss
Muchas gracias. Esto lo sacaste de una página web??
La ética que desarrolla Epicuro se centra en la descripción del placer verdadero y en los métodos necesarios para obtenerlo
Epicuro diferencia entre dos tipos de placeres:
Placeres «en movimiento»: aquellos que se propagan por la carne y que provocan una excitación violenta y efímera. Epicuro los califica como «dulces y aduladores». Como ejemplo más claro podemos citar el placer sexual. Si trasladamos las palabras de Epicuro a un contexto más contemporáneo, podemos pensar en estos placeres como aquellos que producen una gran descarga de neurotransmisores (ya sea dopamina, endorfinas u otros), de manera que producen un «subidón» muy marcado, pero que posteriormente también producen sufrimiento por su falta. Como tales, son difíciles de moderar y proclives a dominar al individuo.
Placeres «en reposo»: este tipo de placeres inducen un «estado de equilibrio» en el individuo. Este estado se caracteriza por su naturaleza negativa: consiste en no tener frío, no tener hambre y no tener sed; y produce sosiego y ausencia de sufrimiento. Estos son los verdaderos placeres para Epicuro, pues son los que conducen a la calma y la sabiduría.
Esta clasificación de los placeres es muy importante para entender qué es el hedonismo de Epicuro. El epicureísmo aspira a la obtención de placeres más sutiles, obtenidos por vía negativa y que si se cultivan correctamente conducen a la paz. Como se puede apreciar, esta clasificación tan sencilla es ya en sí misma un condicionante para un tipo de vida muy concreto.