Con arreglo a las leyes medievales, un campesino no era dueño de sí mismo. Conocidos como siervos de la gleba, los campesinos estaban obligados a trabajar para su señor, que en Gran Bretaña les concedía a cambio una parcela de tierra para cultivo propio. Su vida estaba llena de penalidades
Respuesta:
Con arreglo a las leyes medievales, un campesino no era dueño de sí mismo. Conocidos como siervos de la gleba, los campesinos estaban obligados a trabajar para su señor, que en Gran Bretaña les concedía a cambio una parcela de tierra para cultivo propio. Su vida estaba llena de penalidades