En los tiempos del Antiguo Testamento, Eliseo vio cómo los ejércitos de ángeles lo rodeaban. Cuando el ejército del rey de Siria sitió la ciudad de Dotán, donde se encontraba Eliseo, su criado Giezi se aterró y comunicó a su señor lo que había visto. Y Eliseo le dijo:“No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”(2 R. 6:16), y oró a Dios:“Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea”.
Después de la oración de Eliseo, los ojos de Giezi fueron abiertos y vio a los ejércitos del cielo protegiéndolos. Los grandes ejércitos celestiales siguen continuamente a Jesús, listos a llevar a cabo sus decretos. Jesús, el gran arcángel Miguel, nos da ahora la orden de“ser fieles hasta la muerte”.
Dios quiere que seamos siervos fieles y prudentes
¿Cuál es la manera de ser fieles hasta la muerte? Averigüemos qué clase de fidelidad quiere Dios que tengamos.
『Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinto talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. […] Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. […] Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: […] tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra […]. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, […]』
Mt. 25:14-30
Dios elogió al que había recibido cinco talentos y había traído cinco más, y también al que había recibido dos talentos y había ganado dos más, diciendo:“Bien, buen siervo y fiel”. No obstante, el que tenía un talento fue rechazado por Dios, quien le dijo:“Siervo malo y negligente”, porque no había hecho nada con lo que tenía, sino que lo había enterrado. Dios hizo distinción entre el siervo fiel y el malo.
El hombre que había recibido un talento no trajo nada más; y cuando Dios arregló cuentas espirituales con él, mandó que le quitasen el talento y que lo echasen en las tinieblas de afuera. No debemos ser como el siervo malo, quien escondió el talento que se le había dado y que infaustamente le fue quitado.
Los que son fieles hasta la muerte han de participar en el evangelio como el siervo que recibió cinco talentos. Todos los que predican el evangelio directa o indirectamente, están participando de la obra de llevar frutos, pues apoyan el evangelio de diversas formas. Como fieles hijos de Dios, oran y trabajan siempre con diligencia, para llevar frutos agradables a Dios. Estas obras son laudables delante de Dios, quien les permitirá llevar muchos frutos.
『Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, […]』
Mt. 24:44-51
Cuando Dios venga y encuentre a sus hijos comunicando su palabra a su pueblo con gran entusiasmo, los pondrá sobre todos sus bienes y los consolará por todos sus sufrimientos; cada uno recibirá su alabanza y recompensa de Dios.
Por otra parte, el siervo malo descuida lo que su señor le ha encomendado, entregándose a los placeres mundanos como comer y beber; desprecia la palabra y las profecías de Dios; no acepta palabras de aliento de sus hermanos y hermanas que quieren ayudarlo a predicar el evangelio; por el contrario, se burla de ellos, y pierde la oportunidad de ser perdonado. Deleitándose en los placeres temporales de esta vida, no puede darse cuenta del valor del evangelio y descuida su alma, que será atormentada en el lago que arde para siempre con fuego y azufre.
Explicación:
REALIZANDO ORACIONES TAMBIÉN ASISTIENDO A ELLA ....HACER OBRAS DE CARIDAD
En los tiempos del Antiguo Testamento, Eliseo vio cómo los ejércitos de ángeles lo rodeaban. Cuando el ejército del rey de Siria sitió la ciudad de Dotán, donde se encontraba Eliseo, su criado Giezi se aterró y comunicó a su señor lo que había visto. Y Eliseo le dijo:“No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”(2 R. 6:16), y oró a Dios:“Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea”.
Después de la oración de Eliseo, los ojos de Giezi fueron abiertos y vio a los ejércitos del cielo protegiéndolos. Los grandes ejércitos celestiales siguen continuamente a Jesús, listos a llevar a cabo sus decretos. Jesús, el gran arcángel Miguel, nos da ahora la orden de“ser fieles hasta la muerte”.
Dios quiere que seamos siervos fieles y prudentes
¿Cuál es la manera de ser fieles hasta la muerte? Averigüemos qué clase de fidelidad quiere Dios que tengamos.
『Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinto talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. […] Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. […] Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: […] tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra […]. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, […]』
Mt. 25:14-30
Dios elogió al que había recibido cinco talentos y había traído cinco más, y también al que había recibido dos talentos y había ganado dos más, diciendo:“Bien, buen siervo y fiel”. No obstante, el que tenía un talento fue rechazado por Dios, quien le dijo:“Siervo malo y negligente”, porque no había hecho nada con lo que tenía, sino que lo había enterrado. Dios hizo distinción entre el siervo fiel y el malo.
El hombre que había recibido un talento no trajo nada más; y cuando Dios arregló cuentas espirituales con él, mandó que le quitasen el talento y que lo echasen en las tinieblas de afuera. No debemos ser como el siervo malo, quien escondió el talento que se le había dado y que infaustamente le fue quitado.
Los que son fieles hasta la muerte han de participar en el evangelio como el siervo que recibió cinco talentos. Todos los que predican el evangelio directa o indirectamente, están participando de la obra de llevar frutos, pues apoyan el evangelio de diversas formas. Como fieles hijos de Dios, oran y trabajan siempre con diligencia, para llevar frutos agradables a Dios. Estas obras son laudables delante de Dios, quien les permitirá llevar muchos frutos.
『Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, […]』
Mt. 24:44-51
Cuando Dios venga y encuentre a sus hijos comunicando su palabra a su pueblo con gran entusiasmo, los pondrá sobre todos sus bienes y los consolará por todos sus sufrimientos; cada uno recibirá su alabanza y recompensa de Dios.
Por otra parte, el siervo malo descuida lo que su señor le ha encomendado, entregándose a los placeres mundanos como comer y beber; desprecia la palabra y las profecías de Dios; no acepta palabras de aliento de sus hermanos y hermanas que quieren ayudarlo a predicar el evangelio; por el contrario, se burla de ellos, y pierde la oportunidad de ser perdonado. Deleitándose en los placeres temporales de esta vida, no puede darse cuenta del valor del evangelio y descuida su alma, que será atormentada en el lago que arde para siempre con fuego y azufre.