La amistad es entendida como la relación efectiva (colaboración y trabajo escolar) y afectiva (juego, ayuda o apoyo), de igual forma que la solidaridad y aceptación del compañero con discapacidad se estima desde el reconocimiento y la cooperación, compartiendo aspectos de relación socio-personal.
Explicación:
En los tiempos que corren donde todo urge, es conveniente hacer una pausa y tomarnos el tiempo necesario para reflexionar acerca de la amistad y los valores que hacen de ella una genuina relación. La amistad es un vínculo afectivo que un sujeto establece con otro sujeto o varios por compartir intereses, aficiones, inquietudes y creencias en común; esto constituye así la base de todo vínculo afectivo amistoso. Entonces lo primero que se puede rescatar es el acto de compartir, es decir, que cada uno da una parte de aquello que tiene a otra persona, y lo hace porque así lo desea. Los seres humanos son esencialmente sujetos sociales, que crecen, viven y maduran en sociedad. Por ello, la sociabilización, a través de las relaciones amistosas es parte fundamental de la vida. Estas relaciones si bien varían según las etapas de vida y el grado de importancia que cada quien le otorgue, todas brindan sentimientos de compañerismo, solidaridad, apoyo mutuo –incondicional– y ayudan a tener un buen desarrollo personal emocional, aprendiendo valores importantes como lealtad, confianza, empatía y respeto con otros sin esperar nada a cambio. Es muy importante poder rescatar el valor de la amistad en lo que respecta a la solidaridad y el apoyo mutuo. Los amigos comparten una parte importante de la vida, basados en el desinterés por brindar amor, cariño y compañerismo sin esperar recompensa a cambio, y hacen del sentimiento de solidaridad una base instituyente de ese lazo afectivo. La mutua ayuda desinteresada constituye uno de los pilares principales de las relaciones amistosas, donde cada quien se entrega a sí mismo y brinda lo mejor que tiene de sí para compartir conotros. Cada persona necesita contar con un apoyo, una red de contención con quien compartir situaciones alegres y tristes, establecer un encuentro en común de reciprocidad. Así, depositamos en los amigos cariño y simpatía, armando un lazo afectivo que muchas veces es para toda la vida; y para que esto ocurra es necesario cultivarla y nutrirla día a día, buscar el modo de seguir con el contacto afectivo para que esa amistad continúe su evolución. Gracias a las amistades cada sujeto se va conociendo, creciendo, desarrollando; contando con la compañía necesaria que brinda seguridad, confianza y fortaleza en sí mismos y el entorno. En compañía de amigos disminuyen miedos y ansiedades frente a situaciones negativas, ya que son punto de apoyo e interacción que brindan la necesaria confianza para sobrellevarlas. Lo más maravilloso de la amistad es disfrutarla, ayudarla a crecer y compartir con amigos parte de la vida
Respuesta:
La amistad es entendida como la relación efectiva (colaboración y trabajo escolar) y afectiva (juego, ayuda o apoyo), de igual forma que la solidaridad y aceptación del compañero con discapacidad se estima desde el reconocimiento y la cooperación, compartiendo aspectos de relación socio-personal.
Explicación:
En los tiempos que corren donde todo urge, es conveniente hacer una pausa y tomarnos el tiempo necesario para reflexionar acerca de la amistad y los valores que hacen de ella una genuina relación. La amistad es un vínculo afectivo que un sujeto establece con otro sujeto o varios por compartir intereses, aficiones, inquietudes y creencias en común; esto constituye así la base de todo vínculo afectivo amistoso. Entonces lo primero que se puede rescatar es el acto de compartir, es decir, que cada uno da una parte de aquello que tiene a otra persona, y lo hace porque así lo desea. Los seres humanos son esencialmente sujetos sociales, que crecen, viven y maduran en sociedad. Por ello, la sociabilización, a través de las relaciones amistosas es parte fundamental de la vida. Estas relaciones si bien varían según las etapas de vida y el grado de importancia que cada quien le otorgue, todas brindan sentimientos de compañerismo, solidaridad, apoyo mutuo –incondicional– y ayudan a tener un buen desarrollo personal emocional, aprendiendo valores importantes como lealtad, confianza, empatía y respeto con otros sin esperar nada a cambio. Es muy importante poder rescatar el valor de la amistad en lo que respecta a la solidaridad y el apoyo mutuo. Los amigos comparten una parte importante de la vida, basados en el desinterés por brindar amor, cariño y compañerismo sin esperar recompensa a cambio, y hacen del sentimiento de solidaridad una base instituyente de ese lazo afectivo. La mutua ayuda desinteresada constituye uno de los pilares principales de las relaciones amistosas, donde cada quien se entrega a sí mismo y brinda lo mejor que tiene de sí para compartir conotros. Cada persona necesita contar con un apoyo, una red de contención con quien compartir situaciones alegres y tristes, establecer un encuentro en común de reciprocidad. Así, depositamos en los amigos cariño y simpatía, armando un lazo afectivo que muchas veces es para toda la vida; y para que esto ocurra es necesario cultivarla y nutrirla día a día, buscar el modo de seguir con el contacto afectivo para que esa amistad continúe su evolución. Gracias a las amistades cada sujeto se va conociendo, creciendo, desarrollando; contando con la compañía necesaria que brinda seguridad, confianza y fortaleza en sí mismos y el entorno. En compañía de amigos disminuyen miedos y ansiedades frente a situaciones negativas, ya que son punto de apoyo e interacción que brindan la necesaria confianza para sobrellevarlas. Lo más maravilloso de la amistad es disfrutarla, ayudarla a crecer y compartir con amigos parte de la vida