El proceso de evangelización de los hijos, sin embargo, puede llegar a ser una tarea abrumadora. Para muchos padres, las preguntas son tan prácticas como desconcertantes: ¿Cómo debería de presentar el evangelio a mis hijos? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Cómo sé si lo estoy haciendo bien? Las dificultades, tanto reales como imaginarias, intimidan virtualmente a cada padre que considera su responsabilidad. Por una parte, existe el peligro de llevar a los hijos a pensar que son salvos cuando en realidad no lo son. Por otro lado, existe el riesgo de desanimar a aquellos que expresan un deseo genuino de seguir a Cristo.
Por lo tanto, ¿cómo deberíamos evangelizar a nuestros hijos? La respuesta no es fácil, pero se puede comenzar reconociendo y evitando algunos de los errores comunes que se dan en el evangelismo de niños.
Respuesta:
El proceso de evangelización de los hijos, sin embargo, puede llegar a ser una tarea abrumadora. Para muchos padres, las preguntas son tan prácticas como desconcertantes: ¿Cómo debería de presentar el evangelio a mis hijos? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Cómo sé si lo estoy haciendo bien? Las dificultades, tanto reales como imaginarias, intimidan virtualmente a cada padre que considera su responsabilidad. Por una parte, existe el peligro de llevar a los hijos a pensar que son salvos cuando en realidad no lo son. Por otro lado, existe el riesgo de desanimar a aquellos que expresan un deseo genuino de seguir a Cristo.
Por lo tanto, ¿cómo deberíamos evangelizar a nuestros hijos? La respuesta no es fácil, pero se puede comenzar reconociendo y evitando algunos de los errores comunes que se dan en el evangelismo de niños.