El 17 de Octubre de 1953, Perón habla a la multitud y homenajea al mandatario nicaragüense Anastasio Tacho Somoza García. Juan Domingo Peron- Revolucion Libertadora
Hacer un glosario de todos los desbordes (violaciones) constitucionales que se cometieron entre 1946 y 1955 se hace innecesario. Había democracia pero no existía la República. Una frase pronunciada por Carlos Aloé, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, es mejor que mil ejemplos: "En el gobierno no hay nadie, ni gobernadores, ni diputados, ni jueces, ni nadie; hay un solo gobierno que es Perón".
Todo lo demás es conocido a través de innumerables libros de grandes y pequeños historiadores. El Perón de esos días de los que habla Paz era distinto, era un Presidente que manejaba el país en términos absolutos frente a una oposición que no tenía cómo hacerse escuchar, simplemente, porque no había libertad de prensa.
Decenas de presos políticos y otros cientos más de exiliados eran el muestrario de la época. La impotencia y la desesperación de la oposición no le iban a la zaga. No tenía diarios –sí "diaruchos" de escasa circulación-pero se valía de panfletos. Eran como el agua que abre surcos, se cuela entre los entresijos, cuando se le impide correr libremente. Preocupaban al gobierno, solo basta recorrer el libro Operación Rosa Negra, un aporte a la Revolución Libertadora.
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El 17 de Octubre de 1953, Perón habla a la multitud y homenajea al mandatario nicaragüense Anastasio Tacho Somoza García. Juan Domingo Peron- Revolucion Libertadora
Hacer un glosario de todos los desbordes (violaciones) constitucionales que se cometieron entre 1946 y 1955 se hace innecesario. Había democracia pero no existía la República. Una frase pronunciada por Carlos Aloé, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, es mejor que mil ejemplos: "En el gobierno no hay nadie, ni gobernadores, ni diputados, ni jueces, ni nadie; hay un solo gobierno que es Perón".
Todo lo demás es conocido a través de innumerables libros de grandes y pequeños historiadores. El Perón de esos días de los que habla Paz era distinto, era un Presidente que manejaba el país en términos absolutos frente a una oposición que no tenía cómo hacerse escuchar, simplemente, porque no había libertad de prensa.
Decenas de presos políticos y otros cientos más de exiliados eran el muestrario de la época. La impotencia y la desesperación de la oposición no le iban a la zaga. No tenía diarios –sí "diaruchos" de escasa circulación-pero se valía de panfletos. Eran como el agua que abre surcos, se cuela entre los entresijos, cuando se le impide correr libremente. Preocupaban al gobierno, solo basta recorrer el libro Operación Rosa Negra, un aporte a la Revolución Libertadora.