Civilización de la antigüedad que tuvo como escenario el mar, favoreciéndose así el desarrollo de su navegación y su comercio con otras civilizaciones:
el que responda mal lo reporto y hago que lo baneen :|
La cuenca del Mediterráneo ha sido la cuna de la civilización mundial desde la aparición de los primeros asentamientos en Jericó en el año 9000 a. C. Conocido en inglés y en las lenguas romances como el mar situado "entre tierras", el Mediterráneo ha recibido y recibe numerosos nombres: mar Nuestro, para los romanos, mar Blanco (Akdeniz) para los turcos, Gran Mar (Yam Gadol) para los judíos, mar Medio (Mittelmeer) para los germanos y, de forma más imprecisa, Gran Verde para los antiguos egipcios.1 El mar Nuestro desempeñó un papel fundamental en la comunicación entre los pueblos circundantes y evitó conflictos entre aquellos pueblos de diferentes zonas de la cuenca que tenían, asimismo, intereses diferentes. No existe en el mundo otra cuenca similar. El mapa mundial ilustra el carácter único de la ubicación del mar Mediterráneo en el planeta: es suficientemente grande como para albergarnos a todos pero, al mismo tiempo, debido a su peculiar forma, con sus islas, bahías y estrechos, facilita la comunicación entre la población circundante. En apariencia, se trata de un mar cerrado, pero permite habilitar una serie de rutas principales de transporte entre las zonas oriental y occidental.
El mar Mediterráneo es símbolo de creatividad, de búsqueda del sentido de la vida y de la sabiduría, así como de amor por el ser humano y la naturaleza. Este mar siempre ha sido un entorno capaz de engendrar a destacables personalidades que han realizado notables aportaciones al desarrollo histórico de la filosofía, el arte, la música, la literatura, la ciencia y la tecnología. La cuenca fue testigo de la expansión de gloriosas civilizaciones, de este a oeste, de norte a sur, desde Mesopotamia hasta Egipto, desde la península de Anatolia y Troya hasta Macedonia, desde las ciudades-estado griegas hasta la civilización fenicia, desde Cartago hasta Roma, desde Bagdad hasta Al-Ándalus, desde Bizancio hasta el Imperio Otomano y desde Alejandría hasta Bolonia, las cuales construyeron unos sólidos cimientos para las civilizaciones mundiales. No podemos imaginar la historia del mundo sin tener en cuenta a las civilizaciones egipcia, helénica, romana y otomana.
LA HISTORIA DEL DESARROLLO INTELECTUAL EN LA CUENCA DEL MEDITERRÁNEO
Fundada en el año 300 a. C., la Antigua Biblioteca de Alejandría en Egipto fue una de las mayores y más importantes bibliotecas del Mundo Antiguo. Los primeros avances en el ámbito del desarrollo intelectual surgieron en el Mediterráneo oriental y se centraron principalmente en el campo de la filosofía. La población circundante del mar Mediterráneo había tenido innumerables oportunidades para conocer otras culturas y aprender sobre el mundo y su realidad, comenzando por el Período Helénico, lo que dio lugar al surgimiento de filósofos y científicos que realizaron grandes aportaciones al desarrollo intelectual. Entre ellos podemos citar a Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Xenófanes, así como a Diógenes de Apolonia, Hipócrates, Sócrates, Platón y Aristóteles (siglos VI, V y IV a. C.).
La Edad Media fue la Edad de Oro para la población musulmana en la región y, entre los años 622 y 750 d. C., la expansión del Estado islámico, que tuvo su origen en la península arábiga, se extendió a Oriente Medio, parte de Asia Menor, Persia, el Norte de África y la península ibérica. Durante siglos, Al-Ándalus, en la península ibérica, y Marruecos constituyeron centros culturales alternativos a Bagdad. Desde el siglo VIII al siglo XV, muchos filósofos influyeron notablemente en el desarrollo de la filosofía islámica en la región.
La cuenca del Mediterráneo ha sido la cuna de la civilización mundial desde la aparición de los primeros asentamientos en Jericó en el año 9000 a. C. Conocido en inglés y en las lenguas romances como el mar situado "entre tierras", el Mediterráneo ha recibido y recibe numerosos nombres: mar Nuestro, para los romanos, mar Blanco (Akdeniz) para los turcos, Gran Mar (Yam Gadol) para los judíos, mar Medio (Mittelmeer) para los germanos y, de forma más imprecisa, Gran Verde para los antiguos egipcios.1 El mar Nuestro desempeñó un papel fundamental en la comunicación entre los pueblos circundantes y evitó conflictos entre aquellos pueblos de diferentes zonas de la cuenca que tenían, asimismo, intereses diferentes. No existe en el mundo otra cuenca similar. El mapa mundial ilustra el carácter único de la ubicación del mar Mediterráneo en el planeta: es suficientemente grande como para albergarnos a todos pero, al mismo tiempo, debido a su peculiar forma, con sus islas, bahías y estrechos, facilita la comunicación entre la población circundante. En apariencia, se trata de un mar cerrado, pero permite habilitar una serie de rutas principales de transporte entre las zonas oriental y occidental.
El mar Mediterráneo es símbolo de creatividad, de búsqueda del sentido de la vida y de la sabiduría, así como de amor por el ser humano y la naturaleza. Este mar siempre ha sido un entorno capaz de engendrar a destacables personalidades que han realizado notables aportaciones al desarrollo histórico de la filosofía, el arte, la música, la literatura, la ciencia y la tecnología. La cuenca fue testigo de la expansión de gloriosas civilizaciones, de este a oeste, de norte a sur, desde Mesopotamia hasta Egipto, desde la península de Anatolia y Troya hasta Macedonia, desde las ciudades-estado griegas hasta la civilización fenicia, desde Cartago hasta Roma, desde Bagdad hasta Al-Ándalus, desde Bizancio hasta el Imperio Otomano y desde Alejandría hasta Bolonia, las cuales construyeron unos sólidos cimientos para las civilizaciones mundiales. No podemos imaginar la historia del mundo sin tener en cuenta a las civilizaciones egipcia, helénica, romana y otomana.
LA HISTORIA DEL DESARROLLO INTELECTUAL EN LA CUENCA DEL MEDITERRÁNEO
Fundada en el año 300 a. C., la Antigua Biblioteca de Alejandría en Egipto fue una de las mayores y más importantes bibliotecas del Mundo Antiguo. Los primeros avances en el ámbito del desarrollo intelectual surgieron en el Mediterráneo oriental y se centraron principalmente en el campo de la filosofía. La población circundante del mar Mediterráneo había tenido innumerables oportunidades para conocer otras culturas y aprender sobre el mundo y su realidad, comenzando por el Período Helénico, lo que dio lugar al surgimiento de filósofos y científicos que realizaron grandes aportaciones al desarrollo intelectual. Entre ellos podemos citar a Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras, Xenófanes, así como a Diógenes de Apolonia, Hipócrates, Sócrates, Platón y Aristóteles (siglos VI, V y IV a. C.).
La Edad Media fue la Edad de Oro para la población musulmana en la región y, entre los años 622 y 750 d. C., la expansión del Estado islámico, que tuvo su origen en la península arábiga, se extendió a Oriente Medio, parte de Asia Menor, Persia, el Norte de África y la península ibérica. Durante siglos, Al-Ándalus, en la península ibérica, y Marruecos constituyeron centros culturales alternativos a Bagdad. Desde el siglo VIII al siglo XV, muchos filósofos influyeron notablemente en el desarrollo de la filosofía islámica en la región.