Weidman nació el 22 de julio de 1901 en Lincoln, Nebraska. Su padre fue jefe de bomberos y su madre una campeona de patinaje sobre ruedas, según anota el mismo Weidman en su autobiografía.
Charles era un enamorado de la arquitectura griega y egipcia. De hecho, algunos piensan que esto se vería más adelante en varias de sus obras. Sin embargo, al ver danzar a Ruth St. Denis decidió hacerse bailarín.
En 1920 un joven Weidman de 19 años arribaría a Los Ángeles con la intención de estudiar en la escuela Denishawn, la prestigiosa compañía fundada por St. Denis y Ted Shawn.
Serían ocho años en los cuales el bailarín aprendería bases de danza y se convertiría en uno de los más destacados en montajes como Arabic Duet y The Princess and the Demon.
Colaboración con Doris Humphrey
Luego decidió crear su propia compañía con Doris Humphrey, a quien conoció en Denishawn, y tendría por nombre Humphrey-Weidman Company.
De 1930 a 1950 exploró nuevas formas de movimiento y trabajó incluso en Broadway. Quiso algo diferente en la danza e introdujo la pantomima cinética y las grandes caídas, muy propias en su compañía.
La compañía fundada con Humphrey llegó a su fin hacia mediados de la década de 1940, pues el bailarín entró en un momento de grandes dificultades personales e introspección.
Solo hacia finales de 1960 se reestablecería en New York. Algunos de sus últimos trabajos sugieren que pudo haber sido subestimado como coreógrafo moderno de inclinación formalista.
El legado de Weidman es reconocido por muchas personalidades del arte. Varios miembros de la compañía Humphrey-Weidman guardan materiales como una biografía escrita por Jonette Lancos, Reclaiming Charles Weidman (1901- 1975): An American Dancer’s Life and Legacy, y un video biográfico.
Su aporte a la danza mundial fue reconocido con el Premio al Patrimonio, que le fue otorgado al bailarín en 1970. Igualmente, muchos de los bailarines le deben reconocimiento a Weidman, quien formó a destacados coreógrafos como Louis Falco y José Limón.
Muerte
El bailarín y también profesor moriría en 1975, en la ciudad de Nueva York. Tenía entonces 70 años. Su influencia no solo alcanzó la danza contemporánea, sino que también hizo crecer la danza americana de jazz.
Técnica
Manejar un tipo específico de energía, aprovechar movimientos como el caer y levantarse o estar suspendido, estas fueron algunas de las exploraciones que realizó Weidman desde la década de 1930 y a lo largo de toda su carrera.
Podría decirse que el principio que alentaba su trabajo era la gravedad y cómo el cuerpo se desenvuelve en contra de ella. Esta innovación en la danza puede verse de forma perfecta en Lystrata (1930), School for Husbands (1933) y Alcina Suite (1934).
Es también relevante agregar que sus habilidades dramáticas dieron a su trabajo algo muy singular y que sería como el sello Weidman. Solía ser muy enérgico y combinaba maravillosamente tanto lo cómico como lo dramático.
Estilo
Aunque para muchos el trabajo de Weidman no haya sido directamente político, sí se preocupó por las luchas de su época, sobre todo lo que se vivía en su país, Estados Unidos.
En la década de 1940 fundó su propia compañía de danza, The Charles Weidman Dance Theatre Company. En ella su estilo fue único pues experimentó personificando mimos y haciendo humor.
Una de las obras más conocidos de esta etapa fue Parpadeos de Weidman. De igual manera hizo trabajos retratando a jeques, villanos y mujeres fatales, con la intención de que los espectadores vieran lo que pasaba en su entorno, reconocieran esa cultura americana a través de su estilo peculiar. A parte de ser pionero en este aspecto también incursionó en coreografía de ópera.
Es común observar cuerpos que se inclinan tanto hacia atrás como adelante, mostrando asombro, perplejidad o reverencia. Aparte de esto las manos juegan también un papel importante, pues son las que claman al cielo, se alzan en júbilo hacia arriba o pueden estar estáticas en oración. Oratorio de Navidad es un trabajo representativo de Weidman realizado para la Navidad.
El estilo de Lynchtown (1936), por ejemplo, es distinto, pues hay más violencia. Son salpicaduras, gestos que acusan, cuerpos que se retuercen en el suelo. Es una lucha violenta, apasionada.
Hay evidentemente linchamientos y rabia. En Lynchtown hay una crítica a la sociedad, parte del estilo de Weidman, pues retrata un ataque de histeria de una multitud de personas, cómo pueden dejarse llevar por impulsos primarios.
El legado
En 1960, el coreógrafo Charles Weidman creó el Teatro de Expresión de Dos Artes en Nueva York. Y, aunque el espacio no era propiamente grande
Como docente, bailarines de la talla de Gene Kelly, Sybil Shearer, Bob Fosse pueden atestiguar su maestría, pues era un apasionado profesor, quien transmitía cómo lograr representar las grandes debilidades humanas.
Biografía
Weidman nació el 22 de julio de 1901 en Lincoln, Nebraska. Su padre fue jefe de bomberos y su madre una campeona de patinaje sobre ruedas, según anota el mismo Weidman en su autobiografía.
Charles era un enamorado de la arquitectura griega y egipcia. De hecho, algunos piensan que esto se vería más adelante en varias de sus obras. Sin embargo, al ver danzar a Ruth St. Denis decidió hacerse bailarín.
En 1920 un joven Weidman de 19 años arribaría a Los Ángeles con la intención de estudiar en la escuela Denishawn, la prestigiosa compañía fundada por St. Denis y Ted Shawn.
Serían ocho años en los cuales el bailarín aprendería bases de danza y se convertiría en uno de los más destacados en montajes como Arabic Duet y The Princess and the Demon.
Colaboración con Doris Humphrey
Luego decidió crear su propia compañía con Doris Humphrey, a quien conoció en Denishawn, y tendría por nombre Humphrey-Weidman Company.
De 1930 a 1950 exploró nuevas formas de movimiento y trabajó incluso en Broadway. Quiso algo diferente en la danza e introdujo la pantomima cinética y las grandes caídas, muy propias en su compañía.
La compañía fundada con Humphrey llegó a su fin hacia mediados de la década de 1940, pues el bailarín entró en un momento de grandes dificultades personales e introspección.
Solo hacia finales de 1960 se reestablecería en New York. Algunos de sus últimos trabajos sugieren que pudo haber sido subestimado como coreógrafo moderno de inclinación formalista.
El legado de Weidman es reconocido por muchas personalidades del arte. Varios miembros de la compañía Humphrey-Weidman guardan materiales como una biografía escrita por Jonette Lancos, Reclaiming Charles Weidman (1901- 1975): An American Dancer’s Life and Legacy, y un video biográfico.
Su aporte a la danza mundial fue reconocido con el Premio al Patrimonio, que le fue otorgado al bailarín en 1970. Igualmente, muchos de los bailarines le deben reconocimiento a Weidman, quien formó a destacados coreógrafos como Louis Falco y José Limón.
Muerte
El bailarín y también profesor moriría en 1975, en la ciudad de Nueva York. Tenía entonces 70 años. Su influencia no solo alcanzó la danza contemporánea, sino que también hizo crecer la danza americana de jazz.
Técnica
Manejar un tipo específico de energía, aprovechar movimientos como el caer y levantarse o estar suspendido, estas fueron algunas de las exploraciones que realizó Weidman desde la década de 1930 y a lo largo de toda su carrera.
Podría decirse que el principio que alentaba su trabajo era la gravedad y cómo el cuerpo se desenvuelve en contra de ella. Esta innovación en la danza puede verse de forma perfecta en Lystrata (1930), School for Husbands (1933) y Alcina Suite (1934).
Es también relevante agregar que sus habilidades dramáticas dieron a su trabajo algo muy singular y que sería como el sello Weidman. Solía ser muy enérgico y combinaba maravillosamente tanto lo cómico como lo dramático.
Estilo
Aunque para muchos el trabajo de Weidman no haya sido directamente político, sí se preocupó por las luchas de su época, sobre todo lo que se vivía en su país, Estados Unidos.
En la década de 1940 fundó su propia compañía de danza, The Charles Weidman Dance Theatre Company. En ella su estilo fue único pues experimentó personificando mimos y haciendo humor.
Una de las obras más conocidos de esta etapa fue Parpadeos de Weidman. De igual manera hizo trabajos retratando a jeques, villanos y mujeres fatales, con la intención de que los espectadores vieran lo que pasaba en su entorno, reconocieran esa cultura americana a través de su estilo peculiar. A parte de ser pionero en este aspecto también incursionó en coreografía de ópera.
Es común observar cuerpos que se inclinan tanto hacia atrás como adelante, mostrando asombro, perplejidad o reverencia. Aparte de esto las manos juegan también un papel importante, pues son las que claman al cielo, se alzan en júbilo hacia arriba o pueden estar estáticas en oración. Oratorio de Navidad es un trabajo representativo de Weidman realizado para la Navidad.
El estilo de Lynchtown (1936), por ejemplo, es distinto, pues hay más violencia. Son salpicaduras, gestos que acusan, cuerpos que se retuercen en el suelo. Es una lucha violenta, apasionada.
Hay evidentemente linchamientos y rabia. En Lynchtown hay una crítica a la sociedad, parte del estilo de Weidman, pues retrata un ataque de histeria de una multitud de personas, cómo pueden dejarse llevar por impulsos primarios.
El legado
En 1960, el coreógrafo Charles Weidman creó el Teatro de Expresión de Dos Artes en Nueva York. Y, aunque el espacio no era propiamente grande
Como docente, bailarines de la talla de Gene Kelly, Sybil Shearer, Bob Fosse pueden atestiguar su maestría, pues era un apasionado profesor, quien transmitía cómo lograr representar las grandes debilidades humanas.