Adam Smith, cuando escribía en 1776, en un período de larga crisis económica, ya señaló el incremento de la oferta de dinero y de la deuda por créditos (que, según él, amenazaba con una cadena de bancarrotas) en respuesta al declive de las tasas de beneficios, y se lamentaba de las "terribles desgracias" que sufría lo que actualmente es la periferia del Tercer Mundo. Como todas las crisis económicas anteriores, la actual, que comenzó en 19671 también ha generado un enorme incremento de la oferta de dinero y de la deuda en el centro, así como un significativo aumento de la sangría de capital que sufre parte de la periferia de la economía mundial.Las causas específicas se derivan de los préstamos recibidos por el Tercer Mundo en los años setenta, y por Estados Unidos en los ochenta, para obtener nuevo dinero y crédito. En la década de los setenta, el declive de la inversión y de la demanda de exportaciones en Occidente, especialmente agudo desde la grave recesión de 1973-1975, se vio compensado parcialmente por el incremento de las exportaciones al sur del Tercer Mundo y a los países socialistas del Este. Se incentivaron recortes adicionales de los costes de producción mediante exportaciones en el Sur e importaciones en el Este. Ambas cosas exigían financiación, que se concedió, con grandes beneficios, mediante préstamos de los bancos occidentales. Éstos estaban deseando reemplazar los préstamos a la industria occidental, que no invertía y, por tanto, no se endeudaba, por préstamos al Sur y al Este, que querían fomentar su comercio exterior. El acuerdo resultó satisfactorio para todas las partes interesadas hasta que la recesión de 19791982, que fue todavía más grave, se tradujo en una mezcla de mayores costes y menor capacidad para pagar el servicio de la deuda. El incremento de los costes se debió al aumento de los tipos de interés y del dólar (que era la moneda de casi todos los préstamos), y ello a causa de la política monetarista de Estados Unidos como respuesta a la recesión e inflación de 1979. La disminución de la capacidad para pagar el servicio de la deuda se debió al declive de las exportaciones y precios, cuya causa fue la recesión, así como a la decisión de casi todos los bancos de restringir el crédito al Sur y al Este. El resultado fue el comienzo de la crisis de la deuda del Tercer Mundo (primero en liquidez y después en solvencia) en 1981-1982... y la transferencia de la deuda por préstamos a Estados Unidos
Explicación:
Adam Smith, cuando escribía en 1776, en un período de larga crisis económica, ya señaló el incremento de la oferta de dinero y de la deuda por créditos (que, según él, amenazaba con una cadena de bancarrotas) en respuesta al declive de las tasas de beneficios, y se lamentaba de las "terribles desgracias" que sufría lo que actualmente es la periferia del Tercer Mundo. Como todas las crisis económicas anteriores, la actual, que comenzó en 19671 también ha generado un enorme incremento de la oferta de dinero y de la deuda en el centro, así como un significativo aumento de la sangría de capital que sufre parte de la periferia de la economía mundial.Las causas específicas se derivan de los préstamos recibidos por el Tercer Mundo en los años setenta, y por Estados Unidos en los ochenta, para obtener nuevo dinero y crédito. En la década de los setenta, el declive de la inversión y de la demanda de exportaciones en Occidente, especialmente agudo desde la grave recesión de 1973-1975, se vio compensado parcialmente por el incremento de las exportaciones al sur del Tercer Mundo y a los países socialistas del Este. Se incentivaron recortes adicionales de los costes de producción mediante exportaciones en el Sur e importaciones en el Este. Ambas cosas exigían financiación, que se concedió, con grandes beneficios, mediante préstamos de los bancos occidentales. Éstos estaban deseando reemplazar los préstamos a la industria occidental, que no invertía y, por tanto, no se endeudaba, por préstamos al Sur y al Este, que querían fomentar su comercio exterior. El acuerdo resultó satisfactorio para todas las partes interesadas hasta que la recesión de 19791982, que fue todavía más grave, se tradujo en una mezcla de mayores costes y menor capacidad para pagar el servicio de la deuda. El incremento de los costes se debió al aumento de los tipos de interés y del dólar (que era la moneda de casi todos los préstamos), y ello a causa de la política monetarista de Estados Unidos como respuesta a la recesión e inflación de 1979. La disminución de la capacidad para pagar el servicio de la deuda se debió al declive de las exportaciones y precios, cuya causa fue la recesión, así como a la decisión de casi todos los bancos de restringir el crédito al Sur y al Este. El resultado fue el comienzo de la crisis de la deuda del Tercer Mundo (primero en liquidez y después en solvencia) en 1981-1982... y la transferencia de la deuda por préstamos a Estados Unidos