Los analistas más neutrales atribuyen el inicio de las manifestaciones a las consecuencias de la crisis económica y el impacto de esta en una región que prácticamente ha depositado sus confianzas económicas en el petróleo y por ende unido a las economías estadounidense y europeas. Otros especialistas más alineados con el movimiento califican a la "Primavera" como producto de la madurez de una sociedad harta de la poco repartición de las riquezas nacionales y deseosa de mayor participación en las decisiones políticas. Según el investigador Samir Amin en su artículo La Primavera Árabe de 2011[1], en países como Egipto las condiciones estuvieron creadas sobre todo luego de la fustrasión del producida tras la interrupción proceso impulsado por Gamal Abdel Nasser y la llegada deHosni Mubarak al poder.
A pesar de todo, algunos criterios han acusado a la CIA y otros servicios de inteligencia deEuropa de interferir en el proceso y crear la cobertura mediática suficiente para demonizar a los líderes. Esa variante ha sido poco confiable sobre todo en el caso de Túnez y Egipto, países aliados completamente a Estados Unidos y aunque gobernados por dictadores estaban a favor de políticas neoliberales
Los analistas más neutrales atribuyen el inicio de las manifestaciones a las consecuencias de la crisis económica y el impacto de esta en una región que prácticamente ha depositado sus confianzas económicas en el petróleo y por ende unido a las economías estadounidense y europeas. Otros especialistas más alineados con el movimiento califican a la "Primavera" como producto de la madurez de una sociedad harta de la poco repartición de las riquezas nacionales y deseosa de mayor participación en las decisiones políticas. Según el investigador Samir Amin en su artículo La Primavera Árabe de 2011[1], en países como Egipto las condiciones estuvieron creadas sobre todo luego de la fustrasión del producida tras la interrupción proceso impulsado por Gamal Abdel Nasser y la llegada deHosni Mubarak al poder.
A pesar de todo, algunos criterios han acusado a la CIA y otros servicios de inteligencia deEuropa de interferir en el proceso y crear la cobertura mediática suficiente para demonizar a los líderes. Esa variante ha sido poco confiable sobre todo en el caso de Túnez y Egipto, países aliados completamente a Estados Unidos y aunque gobernados por dictadores estaban a favor de políticas neoliberales