Solemos pensar que los valles secos interandinos son zonas desérticas en donde no hay vida. Nos dejamos guiar por una primera impresión falsa que no valora la gran riqueza que este ecosistema esconde, precisamente porque debe cuidar muy celosamente que su vida no se exponga innecesariamente y corra el riesgo de desecación. Los bosques secos que ocupan estos valles están llenos de vida y entre sus pequeños algarrobos (o faiques)
y arbustos alojan cientos de formas vegetales como musgos, orquídeas y helechos. Entre las especies más comunes del bosque seco están las barbas de viejo que no son otra cosa que bromelias (o huaycundos) propios de los bosques secos, y que tienen importancia en la tradición quiteña, pues con ellas adornamos los pesebres navideños, aunque su cosecha ahora está prohibida, porque de tanto usarlas las hemos llevado a niveles críticos de peligro.
0 votes Thanks 1
vulgarinmiguelf
los valles secos interandinos corren agua de las montellas lo que ayuda a drenar los captus de ese territorio
Solemos pensar que los valles secos interandinos son zonas desérticas en donde no hay vida. Nos dejamos guiar por una primera impresión falsa que no valora la gran riqueza que este ecosistema esconde, precisamente porque debe cuidar muy celosamente que su vida no se exponga innecesariamente y corra el riesgo de desecación. Los bosques secos que ocupan estos valles están llenos de vida y entre sus pequeños algarrobos (o faiques)
y arbustos alojan cientos de formas vegetales como musgos, orquídeas y helechos. Entre las especies más comunes del bosque seco están las barbas de viejo que no son otra cosa que bromelias (o huaycundos) propios de los bosques secos, y que tienen importancia en la tradición quiteña, pues con ellas adornamos los pesebres navideños, aunque su cosecha ahora está prohibida, porque de tanto usarlas las hemos llevado a niveles críticos de peligro.