Respuesta:
Por una parte, Asia se ha convertido en un protagonista contemporáneo,
pues cuenta con la mayor cantidad de estados que influyen y tienen poder
suficiente para impactar el sistema internacional. Esto también se produce
gracias al declive del multilateralismo europeo y el aislamiento norteame-
ricano. A pesar de esto, es necesario resaltar la dificultad para establecer el
orden geopolítico. El desplazamiento del eje geopolítico y la imposibilidad
de EE. UU. de seguir manteniendo su poder hegemónico en territorio asiá-
tico, hacen que los poderes emergentes se posicionen, jalonen un bloque de
poder y creen modelos alternativos.
África, por otra parte, cambió de dueño después de una prolongada era
de neocolonialismo occidental. Los nuevos poderes provienen de Asia y se
vienen posicionando en las principales coyunturas del continente. Con una
profunda crisis estatal, la brecha entre el continente y el resto del mundo se
ha ampliado. La economía está estancada y conflictos étnicos y problemas
de terrorismo aquejan su territorio. Sin duda, África tiene grandes desafíos
sociales: garantizar la seguridad alimentaria, el acceso a la salud, la educación
de calidad y servicios básicos.
Las dos regiones vivieron etapas y desafíos similares, pero el destino
de cada uno los sitúa en posiciones diferentes. Pensar en un modelo de de-
sarrollo regional como el que plantearon en Bandung no pasa de ser una
quimera.
Palabras clave
Historia africana, Historia asiática, Colonialismo, Neocolonialismo.
Explicación:
africano compartirían morfologías similares a aquellos pueblos asiáticos que
hoy tienen similar hábitat y con los pueblos indonesios que también se asen-
taron en las regiones anteriormente descritas (Suret-Canale, 1970).
Esta circunstancia geográfica implicó una génesis compartida de dichas
civilizaciones. Las poblaciones antiguas asentadas en Nubia y Ghana fueron
los primeros centros metalúrgicos que datan de un milenio antes de Cristo
y que, junto con la civilización egipcia, desarrollaron las principales revolu-
ciones tecnológicas del Neolítico. También las sociedades mesopotámicas, en
Asia, desarrollaron paralelamente avances similares (Pérez Ramírez, 1989).
El paralelismo no se detiene en la antigüedad, pues en el medioevo ambos
continentes vivieron la tragedia de la esclavitud, aunque con mayor daño e
impacto en África. Además de esto, ambos continentes sufrieron las conse-
cuencias del imperialismo europeo, materializado en el colonialismo y neo-
colonialismo contemporáneo.
Africanos y asiáticos no fueron dueños de su destino. Los procesos de
colonización, civilización y cristianización marcaron un destino compartido
que se vivió como un halo trágico en los procesos emancipadores de ambos
continentes, dándose simultáneamente con los avatares propios de la crea-
ción de estados-nación en consolidación que el voraz neocolonialismo ab-
sorbió en medio de una disputa de los poderes bipolares del orden mundial,
heredada de la II Guerra Mundial y de una ineptitud rampante de sus elites
locales posicionadas por aquellos mismos dominios coloniales que ejercieron
su asfixiante autoridad por más de un siglo.
Con la Conferencia de Bandung (1955) se buscó la unión de una región
que buscaba retar los poderes dominantes, pero al poco tiempo surgieron
diferencias debido a las condiciones propias de cada país participante. La
brecha que se formó tras los cambios de orden político, económico, social
y cultural en los pueblos asiáticos (asianización) contrastaron con los exiguos
avances que obtuvieron sus pares africanos. Los primeros incursionaron en
la tecnificación, emprendimiento e innovación. Hecho que impactó directa-
mente en el protagonismo económico que tienen en la actualidad, pues son
los productores del 30% del PIB mundial. Por su parte, el continente africa-
no se debate entre el desgobierno, la corrupción, la pobreza y la desesperan-
za de sus habitantes, quienes no han podido bajar el telón de la dominación
foránea.
En ambos se encuentran grandes cadenas montañosas formadas por el desplazamiento de placas tectónicas. En Asia se encuentran cuatro grandes cordilleras y en África dos relieves montañosos, al Norte los Montes Atlas y al sur los Montes Dragones.
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
© Copyright 2013 - 2024 KUDO.TIPS - All rights reserved.
Verified answer
Respuesta:
Por una parte, Asia se ha convertido en un protagonista contemporáneo,
pues cuenta con la mayor cantidad de estados que influyen y tienen poder
suficiente para impactar el sistema internacional. Esto también se produce
gracias al declive del multilateralismo europeo y el aislamiento norteame-
ricano. A pesar de esto, es necesario resaltar la dificultad para establecer el
orden geopolítico. El desplazamiento del eje geopolítico y la imposibilidad
de EE. UU. de seguir manteniendo su poder hegemónico en territorio asiá-
tico, hacen que los poderes emergentes se posicionen, jalonen un bloque de
poder y creen modelos alternativos.
África, por otra parte, cambió de dueño después de una prolongada era
de neocolonialismo occidental. Los nuevos poderes provienen de Asia y se
vienen posicionando en las principales coyunturas del continente. Con una
profunda crisis estatal, la brecha entre el continente y el resto del mundo se
ha ampliado. La economía está estancada y conflictos étnicos y problemas
de terrorismo aquejan su territorio. Sin duda, África tiene grandes desafíos
sociales: garantizar la seguridad alimentaria, el acceso a la salud, la educación
de calidad y servicios básicos.
Las dos regiones vivieron etapas y desafíos similares, pero el destino
de cada uno los sitúa en posiciones diferentes. Pensar en un modelo de de-
sarrollo regional como el que plantearon en Bandung no pasa de ser una
quimera.
Palabras clave
Historia africana, Historia asiática, Colonialismo, Neocolonialismo.
Explicación:
africano compartirían morfologías similares a aquellos pueblos asiáticos que
hoy tienen similar hábitat y con los pueblos indonesios que también se asen-
taron en las regiones anteriormente descritas (Suret-Canale, 1970).
Esta circunstancia geográfica implicó una génesis compartida de dichas
civilizaciones. Las poblaciones antiguas asentadas en Nubia y Ghana fueron
los primeros centros metalúrgicos que datan de un milenio antes de Cristo
y que, junto con la civilización egipcia, desarrollaron las principales revolu-
ciones tecnológicas del Neolítico. También las sociedades mesopotámicas, en
Asia, desarrollaron paralelamente avances similares (Pérez Ramírez, 1989).
El paralelismo no se detiene en la antigüedad, pues en el medioevo ambos
continentes vivieron la tragedia de la esclavitud, aunque con mayor daño e
impacto en África. Además de esto, ambos continentes sufrieron las conse-
cuencias del imperialismo europeo, materializado en el colonialismo y neo-
colonialismo contemporáneo.
Africanos y asiáticos no fueron dueños de su destino. Los procesos de
colonización, civilización y cristianización marcaron un destino compartido
que se vivió como un halo trágico en los procesos emancipadores de ambos
continentes, dándose simultáneamente con los avatares propios de la crea-
ción de estados-nación en consolidación que el voraz neocolonialismo ab-
sorbió en medio de una disputa de los poderes bipolares del orden mundial,
heredada de la II Guerra Mundial y de una ineptitud rampante de sus elites
locales posicionadas por aquellos mismos dominios coloniales que ejercieron
su asfixiante autoridad por más de un siglo.
Con la Conferencia de Bandung (1955) se buscó la unión de una región
que buscaba retar los poderes dominantes, pero al poco tiempo surgieron
diferencias debido a las condiciones propias de cada país participante. La
brecha que se formó tras los cambios de orden político, económico, social
y cultural en los pueblos asiáticos (asianización) contrastaron con los exiguos
avances que obtuvieron sus pares africanos. Los primeros incursionaron en
la tecnificación, emprendimiento e innovación. Hecho que impactó directa-
mente en el protagonismo económico que tienen en la actualidad, pues son
los productores del 30% del PIB mundial. Por su parte, el continente africa-
no se debate entre el desgobierno, la corrupción, la pobreza y la desesperan-
za de sus habitantes, quienes no han podido bajar el telón de la dominación
foránea.
Respuesta:
En ambos se encuentran grandes cadenas montañosas formadas por el desplazamiento de placas tectónicas. En Asia se encuentran cuatro grandes cordilleras y en África dos relieves montañosos, al Norte los Montes Atlas y al sur los Montes Dragones.
Explicación: