Si algo hay que reconocerle a los árabes es su capacidad para asimilar la herencia de otras culturas y fusionarla con sus propias raíces. Hacer propio lo ajeno con suma naturalidad e inteligencia. Esto sucede también en el arte.
2. Ni personas, ni animales
Nada de imágenes. El arte islámico es iconoclasta y solo el dios todopoderoso en el que creen los musulmanes puede crearlas y representarlas.
3. Geometrías
El arte islámico tiene en la geometría a una de sus principales aliadas. Esta está presente en tramas, guardas y elementos decorativos. En mosaicos, relieves, yesos y enrejados. Incluso la escritura es geométrica y la estrella de 8 puntas (2 cuadrados entrelazados) es un elemento recurrente.
4. Materiales pobres
La pobreza de los materiales también caracteriza al arte islámico. Ladrillos, cerámicas, maderas y yesos sustituyen a las piedras con resultados efectistas. Esto es producto de la carencia, pero también de la mutabilidad de las creaciones. Solo Allah es eterno y las obras están para cambiar y transformarse, no supone esto un problema.
5. Decoración reconocible
La decoración del arte islámico es muy reconocible. Como decíamos, abundan las formas geométricas, que se repiten e intercalan sobre todo en los interiores de los edificios. La ornamentación es también caligráfica (escrituras sagradas), vegetal (aunque con diseños abstractos) y en menor medida figurativa. Destaca igualmente el arabesco, definido este como un patrón que se repite a base de enredaderas de volutas y hojas.
6. Espacios confortables
La arquitectura al servicio del hombre. Se combate la dureza climatológica con espacios amplios, frescos y confortables. En ellos tiene cabida la naturaleza a través del agua y con jardines.
7. Columnas y arcos
Importancia de las columnas y los pilares de ladrillo. En ocasiones se imita lo clásico, con predominio de arcos apuntados u ojivales, de herradura, de medio punto y lobulados.
8. Arte funcional
Los objetos islámicos son arte en sí mismo y tienen todos ellos un uso práctico. Las alfombras por ejemplo sirven para rezar, para cubrir muebles e incluso para descansar. Los textiles son en sí mismo verdaderas obras de arte y lo mismo las piezas de alfarería, bellas y útiles.
1. Eclecticismo
Si algo hay que reconocerle a los árabes es su capacidad para asimilar la herencia de otras culturas y fusionarla con sus propias raíces. Hacer propio lo ajeno con suma naturalidad e inteligencia. Esto sucede también en el arte.
2. Ni personas, ni animales
Nada de imágenes. El arte islámico es iconoclasta y solo el dios todopoderoso en el que creen los musulmanes puede crearlas y representarlas.
3. Geometrías
El arte islámico tiene en la geometría a una de sus principales aliadas. Esta está presente en tramas, guardas y elementos decorativos. En mosaicos, relieves, yesos y enrejados. Incluso la escritura es geométrica y la estrella de 8 puntas (2 cuadrados entrelazados) es un elemento recurrente.
4. Materiales pobres
La pobreza de los materiales también caracteriza al arte islámico. Ladrillos, cerámicas, maderas y yesos sustituyen a las piedras con resultados efectistas. Esto es producto de la carencia, pero también de la mutabilidad de las creaciones. Solo Allah es eterno y las obras están para cambiar y transformarse, no supone esto un problema.
5. Decoración reconocible
La decoración del arte islámico es muy reconocible. Como decíamos, abundan las formas geométricas, que se repiten e intercalan sobre todo en los interiores de los edificios. La ornamentación es también caligráfica (escrituras sagradas), vegetal (aunque con diseños abstractos) y en menor medida figurativa. Destaca igualmente el arabesco, definido este como un patrón que se repite a base de enredaderas de volutas y hojas.
6. Espacios confortables
La arquitectura al servicio del hombre. Se combate la dureza climatológica con espacios amplios, frescos y confortables. En ellos tiene cabida la naturaleza a través del agua y con jardines.
7. Columnas y arcos
Importancia de las columnas y los pilares de ladrillo. En ocasiones se imita lo clásico, con predominio de arcos apuntados u ojivales, de herradura, de medio punto y lobulados.
8. Arte funcional
Los objetos islámicos son arte en sí mismo y tienen todos ellos un uso práctico. Las alfombras por ejemplo sirven para rezar, para cubrir muebles e incluso para descansar. Los textiles son en sí mismo verdaderas obras de arte y lo mismo las piezas de alfarería, bellas y útiles.