La forma más característica de la ideoglosia vesánica consiste en los neologismos. Comprendemos bajo este nombre no sólo a las palabras de nueva creación, sino también a aquéllas desfiguradas en su estructura morfológica y desnaturalizadas en el discurso del loco. El alienista encontrará este importante fenómeno en un gran número de casos pero deberá distinguir entre neologismos pasivos y activos.
Los pasivos son el producto del simple automatismo psicofisiológico y, al no haber un decisivo valor representativo en la conciencia del enfermo, pertenecen -más bien- a las lecciones ya descritas de la función del lenguaje (disfasia, disfrasia y disartria).
Los activos están, al contrario, en relación directa con los desórdenes de la ideación: éstos se crean a la medida del y por el loco y corresponden a una idea o un sistema determinado de ideas enfermizas. En lugar de nacer de las asociaciones espontáneas de consonancia, de las exaltaciones anormales de los centros de la imaginación verbal, de la excesiva vivacidad del sentimiento, y en lugar de ser transitorios, variables e inconscientes como los neologismos pasivos, los activos muestran las siguientes características:
1. Son el producto de las asociaciones sistemáticas coordinadas en una cierta dirección e ideas complejas constituyentes.
2. Se forman mediante una elaboración activa reflejada en la mente.
3. Cuando se forman, se imponen a la conciencia del enfermo y permanecen entonces constantes e inflexibles, tanto en su estructura como en su significado personal.
4. Sintetizan a menudo todo un sistema de ideas delirantes de cuyo contenido alcanzan la mayor parte de sus características peculiares.
La forma más característica de la ideoglosia vesánica consiste en los neologismos. Comprendemos bajo este nombre no sólo a las palabras de nueva creación, sino también a aquéllas desfiguradas en su estructura morfológica y desnaturalizadas en el discurso del loco. El alienista encontrará este importante fenómeno en un gran número de casos pero deberá distinguir entre neologismos pasivos y activos.
Los pasivos son el producto del simple automatismo psicofisiológico y, al no haber un decisivo valor representativo en la conciencia del enfermo, pertenecen -más bien- a las lecciones ya descritas de la función del lenguaje (disfasia, disfrasia y disartria).
Los activos están, al contrario, en relación directa con los desórdenes de la ideación: éstos se crean a la medida del y por el loco y corresponden a una idea o un sistema determinado de ideas enfermizas. En lugar de nacer de las asociaciones espontáneas de consonancia, de las exaltaciones anormales de los centros de la imaginación verbal, de la excesiva vivacidad del sentimiento, y en lugar de ser transitorios, variables e inconscientes como los neologismos pasivos, los activos muestran las siguientes características:
1. Son el producto de las asociaciones sistemáticas coordinadas en una cierta dirección e ideas complejas constituyentes.
2. Se forman mediante una elaboración activa reflejada en la mente.
3. Cuando se forman, se imponen a la conciencia del enfermo y permanecen entonces constantes e inflexibles, tanto en su estructura como en su significado personal.
4. Sintetizan a menudo todo un sistema de ideas delirantes de cuyo contenido alcanzan la mayor parte de sus características peculiares.