clauss26
S,G el enfrentamiento entre la élite ilustrada de abogados y los militares adquirió más visos regionalistas y se equiparó con la pugna entre neogranadinos y venezolanos. Estos enfrentamientos asumieron características de diferencias de clase y de cultura. Mientras la mayoría de los civiles en la dirección del gobierno eran gente educada en universidades, la mayoría abogados, muchos de los militares de alto rango -gran parte de ellos venezolanos- eran hombres que provenían de las clases populares.
Por otra parte, los dirigentes civiles buscaban gobernar de acuerdo con los preceptos liberales y republicanos. Para ellos, regirse por la Constitución y las leyes era esencial si se quería que un Estado funcionara armoniosa y correctamente. A los dirigentes militares, acostumbrados a las decisiones rápidas y de mando, les desesperaba el legalismo de los civiles y se inclinaban más por el caudillismo y la dictadura, que eran formas más verticales y autoritarias de gobierno.
Las tensiones separatistas llegaron a un punto crítico cuando, en abril de 1826, el general Páez declaró la separación de Venezuela de la Gran Colombia apoyado por la élite caraqueña. Bolívar se vio obligado a viajar desde el Perú para poner orden a la situación. En enero de 1827, el Libertador convenció a Páez de poner fin a la rebelión separatista y declaró una amnistía a los militares y civiles insurrectos.
Estos hechos coinciden con el intento del Libertador de cambiar la Constitución de Cúcuta por la Constitución elaborada por él para Bolivia. Esta Constitución establecía una especie de monarquía constitucional, con un presidente y una cámara vitalicia. En la Nueva Granada esta propuesta generó una oposición radical en cabeza de Santander y sus seguidores. Alrededor de la Constitución boliviana se demarcaron dos bandos: por un lado, quienes estaban de acuerdo con la propuesta de Bolívar y que irrestrictamente lo seguían; y por el otro, quienes consideraban que era una Constitución que liquidaba la república como forma de gobierno y se identificaban con el constitucionalismo de Santander
Por otra parte, los dirigentes civiles buscaban gobernar de acuerdo con los preceptos liberales y republicanos. Para ellos, regirse por la Constitución y las leyes era esencial si se quería que un Estado funcionara armoniosa y correctamente. A los dirigentes militares, acostumbrados a las decisiones rápidas y de mando, les desesperaba el legalismo de los civiles y se inclinaban más por el caudillismo y la dictadura, que eran formas más verticales y autoritarias de gobierno.
Las tensiones separatistas llegaron a un punto crítico cuando, en abril de 1826, el general Páez declaró la separación de Venezuela de la Gran Colombia apoyado por la élite caraqueña. Bolívar se vio obligado a viajar desde el Perú para poner orden a la situación. En enero de 1827, el Libertador convenció a Páez de poner fin a la rebelión separatista y declaró una amnistía a los militares y civiles insurrectos.
Estos hechos coinciden con el intento del Libertador de cambiar la Constitución de Cúcuta por la Constitución elaborada por él para Bolivia. Esta Constitución establecía una especie de monarquía constitucional, con un presidente y una cámara vitalicia. En la Nueva Granada esta propuesta generó una oposición radical en cabeza de Santander y sus seguidores. Alrededor de la Constitución boliviana se demarcaron dos bandos: por un lado, quienes estaban de acuerdo con la propuesta de Bolívar y que irrestrictamente lo seguían; y por el otro, quienes consideraban que era una Constitución que liquidaba la república como forma de gobierno y se identificaban con el constitucionalismo de Santander