Nat Blake llego un día a Plumfield. Era un lugar hermoso donde vivía la señora Bhaer, su esposo y sus dos hijos.
A Nat lo habían enviado el Sr. Lawrence con una carta para que se pudiera integrar a esta familia, para que le dieran un lugar de su casa para vivir, allí vivían doce niños mas. Nat vivía en un sótano antes de llegar. Apenas llego a Plumfield le dieron ropa nueva u un lugar en una habitación. Los esposos Bhaer procuraban educar bien a todos los niños. Sin darse cuenta, los muchachos iban desarrollando sus facultades y talentos, sin una severa disciplina, pero si con cierto orden.
Nat tenia doce años y se había ganado la vida tocando violín con su padre en las calles hasta que murió. La señora Bhaer le entrego un violín, y todos pudieron darse cuenta del talento de Nat para tocar el violín.
A pesar de existir muchas reglas y disciplinas también existían momentos de desorden para los muchachos de la escuela por ejemplo, el día sábado tenían permitido hacer guerras de almohadas al acostarse, esto a cambio de mucho orden durante el resto de los días de la semana.
Nat Blake llego un día a Plumfield. Era un lugar hermoso donde vivía la señora Bhaer, su esposo y sus dos hijos.
A Nat lo habían enviado el Sr. Lawrence con una carta para que se pudiera integrar a esta familia, para que le dieran un lugar de su casa para vivir, allí vivían doce niños mas. Nat vivía en un sótano antes de llegar. Apenas llego a Plumfield le dieron ropa nueva u un lugar en una habitación. Los esposos Bhaer procuraban educar bien a todos los niños. Sin darse cuenta, los muchachos iban desarrollando sus facultades y talentos, sin una severa disciplina, pero si con cierto orden.
Nat tenia doce años y se había ganado la vida tocando violín con su padre en las calles hasta que murió. La señora Bhaer le entrego un violín, y todos pudieron darse cuenta del talento de Nat para tocar el violín.
A pesar de existir muchas reglas y disciplinas también existían momentos de desorden para los muchachos de la escuela por ejemplo, el día sábado tenían permitido hacer guerras de almohadas al acostarse, esto a cambio de mucho orden durante el resto de los días de la semana.