En este artículo argumento que la distinción entre los términos “ética” y “moral” es estipulativa y que nada nos impone un cierto significado de los términos: ni su etimología ni la tradición filosófica. Argumento específicamente en contra de una estipulación según la cual “ética” se refiere a la afirmación de la conciencia individual autónoma o auténtica, mientras que “moral”, a la esfera de la observancia de reglas impuestas por la sociedad. Si el propósito de la estipulación es mostrar la mayor importancia relativa de la primera sobre la segunda, por sí sola, esta distinción no nos da ninguna justificación de por qué la conducta ética es superior a la moral. Nada realmente significativo, fuera del ámbito de la teoría que hace la distinción, depende de la estipulación terminológica entre “ética” y “moral”.
En este artículo argumento que la distinción entre los términos “ética” y “moral” es estipulativa y que nada nos impone un cierto significado de los términos: ni su etimología ni la tradición filosófica. Argumento específicamente en contra de una estipulación según la cual “ética” se refiere a la afirmación de la conciencia individual autónoma o auténtica, mientras que “moral”, a la esfera de la observancia de reglas impuestas por la sociedad. Si el propósito de la estipulación es mostrar la mayor importancia relativa de la primera sobre la segunda, por sí sola, esta distinción no nos da ninguna justificación de por qué la conducta ética es superior a la moral. Nada realmente significativo, fuera del ámbito de la teoría que hace la distinción, depende de la estipulación terminológica entre “ética” y “moral”.
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