Nació en la Ciudad de Guatemala el 27 de febrero de 1873. Sus padres fueron los ciudadanos españoles Agustín Gómez Carrillo y Josefina Tible, de origen belga. En 1881 la familia Gómez viaja a España y cuando regresa a América se fija en Santa Tecla, en El Salvador, porque no les agradaban los métodos de gobierno del general presidente Justo Rufino Barrios. La familia regresó a Guatemala después de la muerte de Barrios, ocurrida en 1885. Ingresó al Instituto Nacional Central para Varones en donde sus compañeros le molestaban llamándolo «Comestible», razón por la que decidió cambiarse el apellido por «Gómez Carrillo», como su padre.
En abril de 1895, Gómez Carrillo se embarca para El Salvador, porque había recibido información de que el general presidente de esa nación, Rafael Gutiérrez, le iba a nombrar cónsul general en París. Tras un naufragio en Colombia llegó a El Salvador, donde fue recibido como sobreviviente y varios ciudadanos le dieron ropa y dinero para que se recuperara. En El Salvador, publicó nuevamente su libro Literatura Extranjera, pero con el nombre de Notas y Estudios, el cual le procuró un gran número de lectores en América Central. Tras una breve visita a su familia en Guatemala, regresó a París. Ese mismo año fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Española.
Hacia 1897, Gómez Carrillo era ya un escritor reconocido, con una reputación de consumado seductor, que se debía a su estilo de vida disipado, y se refleja en las obras que escribió por esa época: Notas sobre las enfermedades de la sensación desde el punto de vista de la literatura, Almas y cerebros (1900), Del amor, del dolor y del vicio y en cuentos como Marta y Hortensia, en donde trataba abiertamente el tema de amor entre las protagonistas. La crítica de estos libros era reservada para los temas, pero no para el autor, quien seguía siendo exaltado por su calidad.
Colaboró en numerosas publicaciones de España, Francia e Hispanoamérica, y fue director de El Nuevo Mercurio (1907) y Cosmópolis (1919-1922). En su obra narrativa destacan Tres novelas inmorales: Del amor, del dolor y del vicio (1898), Bohemia sentimental (1899), Maravillas (1906) y El evangelio del amor (1922); en todas ellas predomina el tema erótico, dentro de una estética próxima al decadentismo.
Debido a sus dotes físicas e intelectuales, Gómez Carrillo gozó de gran popularidad entre las damas, teniendo un gran número de relaciones con artistas, escritoras, y demás damas de la sociedad parisiense. Pero hubo algunas damas que lograron, aunque fuera por corto tiempo, tenerlo para ellas solas:
Alice Freville: dama francesa, «encantadora, inteligente y muy literata» con quien vivió un tórrido romance a su llegada a París y posterior estancia en Madrid. Aunque se separó de ella en 1902, solía visitarla cuando se sentía agobiado y siempre veló por su bienestar, hasta la muerte de ella.
Aurora Cáceres: escritora feminista peruana, hija del expresidente peruano general Andrés Avelino Cáceres. Se casaron el 6 de junio de 1906, pero por los constantes cambios de ánimo de Gómez Carrillo y por no sentirse ella cómoda en el ambiente parisino, el matrimonio no perduró, separándose en abril de 1907. Ella escribió un libro sobre su vida con el cronista llamado Mi vida con Enrique Gómez Carrillo. En su libro ella relata su biografía, y se percibe a una persona huraña, que no gustaba de las continuas fiestas y paseos, prefiriendo la soledad para leer y escribir. Tan solitaria era que le agradaba tener en su dormitorio dos camas sencillas, a la manera de los hoteles alemanes, en vez de una cama conyugal.
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Nació en la Ciudad de Guatemala el 27 de febrero de 1873. Sus padres fueron los ciudadanos españoles Agustín Gómez Carrillo y Josefina Tible, de origen belga. En 1881 la familia Gómez viaja a España y cuando regresa a América se fija en Santa Tecla, en El Salvador, porque no les agradaban los métodos de gobierno del general presidente Justo Rufino Barrios. La familia regresó a Guatemala después de la muerte de Barrios, ocurrida en 1885. Ingresó al Instituto Nacional Central para Varones en donde sus compañeros le molestaban llamándolo «Comestible», razón por la que decidió cambiarse el apellido por «Gómez Carrillo», como su padre.
En abril de 1895, Gómez Carrillo se embarca para El Salvador, porque había recibido información de que el general presidente de esa nación, Rafael Gutiérrez, le iba a nombrar cónsul general en París. Tras un naufragio en Colombia llegó a El Salvador, donde fue recibido como sobreviviente y varios ciudadanos le dieron ropa y dinero para que se recuperara. En El Salvador, publicó nuevamente su libro Literatura Extranjera, pero con el nombre de Notas y Estudios, el cual le procuró un gran número de lectores en América Central. Tras una breve visita a su familia en Guatemala, regresó a París. Ese mismo año fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia Española.
Hacia 1897, Gómez Carrillo era ya un escritor reconocido, con una reputación de consumado seductor, que se debía a su estilo de vida disipado, y se refleja en las obras que escribió por esa época: Notas sobre las enfermedades de la sensación desde el punto de vista de la literatura, Almas y cerebros (1900), Del amor, del dolor y del vicio y en cuentos como Marta y Hortensia, en donde trataba abiertamente el tema de amor entre las protagonistas. La crítica de estos libros era reservada para los temas, pero no para el autor, quien seguía siendo exaltado por su calidad.
Colaboró en numerosas publicaciones de España, Francia e Hispanoamérica, y fue director de El Nuevo Mercurio (1907) y Cosmópolis (1919-1922). En su obra narrativa destacan Tres novelas inmorales: Del amor, del dolor y del vicio (1898), Bohemia sentimental (1899), Maravillas (1906) y El evangelio del amor (1922); en todas ellas predomina el tema erótico, dentro de una estética próxima al decadentismo.
Debido a sus dotes físicas e intelectuales, Gómez Carrillo gozó de gran popularidad entre las damas, teniendo un gran número de relaciones con artistas, escritoras, y demás damas de la sociedad parisiense. Pero hubo algunas damas que lograron, aunque fuera por corto tiempo, tenerlo para ellas solas:
Alice Freville: dama francesa, «encantadora, inteligente y muy literata» con quien vivió un tórrido romance a su llegada a París y posterior estancia en Madrid. Aunque se separó de ella en 1902, solía visitarla cuando se sentía agobiado y siempre veló por su bienestar, hasta la muerte de ella.
Aurora Cáceres: escritora feminista peruana, hija del expresidente peruano general Andrés Avelino Cáceres. Se casaron el 6 de junio de 1906, pero por los constantes cambios de ánimo de Gómez Carrillo y por no sentirse ella cómoda en el ambiente parisino, el matrimonio no perduró, separándose en abril de 1907. Ella escribió un libro sobre su vida con el cronista llamado Mi vida con Enrique Gómez Carrillo. En su libro ella relata su biografía, y se percibe a una persona huraña, que no gustaba de las continuas fiestas y paseos, prefiriendo la soledad para leer y escribir. Tan solitaria era que le agradaba tener en su dormitorio dos camas sencillas, a la manera de los hoteles alemanes, en vez de una cama conyugal.