Constantino I el Grande (c. 274-337), emperador romano (306-337), el primero de ellos convertido al cristianismo. Fundador de Constantinopla (la actual Estambul), capital del Imperio romano de Oriente (y más tarde Imperio bizantino) hasta 1453. Era hijo de un militar al servicio de Diocleciano, Constancio o Cloro, que asumió la gobernación de la parte occidental del Imperio al abdicar aquél (305).
No se sabe con seguridad la fecha real de su nacimiento, que se sitúa entre los 270 a 288, aunque si se tiene la certeza que nació en Nassius, hijo bastardo de Constancio Cloro y una sirvienta de hospedería, Elena. Fue proclamado emperador a la muerte de su padre (306), pero debido a la confusa situación
dinástica de la época no consiguió el poder absoluto hasta 324, después de derrotar a sus diferentes enemigos en una larga serie de guerras civiles.
Muerto Constancio al año siguiente en Britania, las tropas allí estacionadas proclamaron emperador a Constantino; pero hubo de librar duros combates contra sus rivales hasta que, en la batalla del puente Milvio (312) se impuso a Majencio y se hizo con Roma. Con ello obtenía la parte occidental del Imperio, mientras que la oriental, controlada por Licinio, no pasó bajo su poder hasta el 323 (batalla de Adrianópolis). Desde entonces hasta su muerte ejerció como emperador único (Totius orbis imperator).
Se dice que antes de la batalla del puente Milvo, año 312, Constantino hizo poner en el escudo de sus soldados un signo mágico, que pudo ser un símbolo de la religión solar de su padre, o si se trataba del símbolo cristiano de la cruz. La Iglesia católica afirma que en la víspera había tenido una visión de una brillante cruz bajo la que se podía leer "in hoc signo vinces" (bajo este signo vencerás), y, después de conseguir la victoria bajo su protección, se convirtió al cristianismo.
La trascendencia del reinado de Constantino para la historia occidental procede de las consecuencias que tuvo su conversión al cristianismo (en algún momento indeterminado del proceso de conquista del poder, aunque no se bautizó hasta poco antes de morir); descartada la sinceridad de su sentimiento religioso, es posible que dicha conversión se debiera al fracaso de las persecuciones de los reinados anteriores, así como a la búsqueda de elementos de unidad que contrarrestaran las tendencias disgregadoras del Imperio.
Constantino I el Grande (c. 274-337), emperador romano (306-337), el primero de ellos convertido al cristianismo. Fundador de Constantinopla (la actual Estambul), capital del Imperio romano de Oriente (y más tarde Imperio bizantino) hasta 1453. Era hijo de un militar al servicio de Diocleciano, Constancio o Cloro, que asumió la gobernación de la parte occidental del Imperio al abdicar aquél (305).
No se sabe con seguridad la fecha real de su nacimiento, que se sitúa entre los 270 a 288, aunque si se tiene la certeza que nació en Nassius, hijo bastardo de Constancio Cloro y una sirvienta de hospedería, Elena. Fue proclamado emperador a la muerte de su padre (306), pero debido a la confusa situación
dinástica de la época no consiguió el poder absoluto hasta 324, después de derrotar a sus diferentes enemigos en una larga serie de guerras civiles.
Muerto Constancio al año siguiente en Britania, las tropas allí estacionadas proclamaron emperador a Constantino; pero hubo de librar duros combates contra sus rivales hasta que, en la batalla del puente Milvio (312) se impuso a Majencio y se hizo con Roma. Con ello obtenía la parte occidental del Imperio, mientras que la oriental, controlada por Licinio, no pasó bajo su poder hasta el 323 (batalla de Adrianópolis). Desde entonces hasta su muerte ejerció como emperador único (Totius orbis imperator).
Se dice que antes de la batalla del puente Milvo, año 312, Constantino hizo poner en el escudo de sus soldados un signo mágico, que pudo ser un símbolo de la religión solar de su padre, o si se trataba del símbolo cristiano de la cruz. La Iglesia católica afirma que en la víspera había tenido una visión de una brillante cruz bajo la que se podía leer "in hoc signo vinces" (bajo este signo vencerás), y, después de conseguir la victoria bajo su protección, se convirtió al cristianismo.
La trascendencia del reinado de Constantino para la historia occidental procede de las consecuencias que tuvo su conversión al cristianismo (en algún momento indeterminado del proceso de conquista del poder, aunque no se bautizó hasta poco antes de morir); descartada la sinceridad de su sentimiento religioso, es posible que dicha conversión se debiera al fracaso de las persecuciones de los reinados anteriores, así como a la búsqueda de elementos de unidad que contrarrestaran las tendencias disgregadoras del Imperio.
Que Te Sirva!!!