La cercanía entre mi cuerpo y aquella envoltura de hojas gelatinosas y compactadas, era increíble. Al palparla, sentía su corazón, su estructura y su función en aquel sembradío de yuca. Pensé que serviría como fertilizantes, porque le daba vida a mis alimentos. Sin más, la tomé, quise cobijarla en mi pecho, más, no perdí tiempo y con ayuda de mis manos que todavía olían a fertilidad, la guardé en el bolsillo maltrecho de mi camisa laboriosa.
EL CUENTO DE LA ORUGA
Al llegar a mi sitio descubrí que poseía el mejor regalo que la tierra y la vida me habían obsequiado. Busqué un hábitat para mi descubrimiento, también hojas, una caja de leche vacía con unos agujeros nada asimétricos y un montón de amor para que nada malo le sucediera, pues ese acto de maternidad, reflejaba los relatos de vida, de una libertad ansiada y de muchos sucesos……
La cercanía entre mi cuerpo y aquella envoltura de hojas gelatinosas y compactadas, era increíble. Al palparla, sentía su corazón, su estructura y su función en aquel sembradío de yuca. Pensé que serviría como fertilizantes, porque le daba vida a mis alimentos. Sin más, la tomé, quise cobijarla en mi pecho, más, no perdí tiempo y con ayuda de mis manos que todavía olían a fertilidad, la guardé en el bolsillo maltrecho de mi camisa laboriosa.
EL CUENTO DE LA ORUGA
Al llegar a mi sitio descubrí que poseía el mejor regalo que la tierra y la vida me habían obsequiado. Busqué un hábitat para mi descubrimiento, también hojas, una caja de leche vacía con unos agujeros nada asimétricos y un montón de amor para que nada malo le sucediera, pues ese acto de maternidad, reflejaba los relatos de vida, de una libertad ansiada y de muchos sucesos……
Fin
cerdito o caperucita roja