Las migraciones humanas son un fenómeno tan antiguo como nosotros. Prueba de ello son las primeras migraciones prehistóricas durante el Paleolítico, que supusieron la salida del Homo sapiens de África hace 200.000 años y su expansión por todo el planeta. ¡Y, durante todo ese tiempo, hasta los inicios del Neolítico (9.000 ANE) los humanos fuimos nómadas y no sedentarios!
¿Pero qué es una migración? Se trata del desplazamiento de una persona o un grupo de personas desde el lugar que habitan (su residencia) hasta otro: es decir, a grandes rasgos, un cambio de residencia. En el caso de la salida de las personas de una región o país, se utiliza el término emigración —implica siempre la percepción de un cambio de vida con mejores perspectivas económicas, políticas o sociales—, y, desde el país de destino, este fenómeno se entiende como inmigración: la llegada de personas a una región o país concreto.
No obstante, gran parte de la controversia del término se encuentra asociada a la falta de información sobre este fenómeno, así como a la falsa creencia de que la inmigración en un país es algo negativo, algo que desmienten grandes economías como la del Reino Unido, Francia, Australia, Canadá, Estados Unidos o España, que han crecido gracias a estos flujos migratorios; de igual modo, también tendemos a creer en varios mitos sencillos de desmontar, como que los migrantes no son personas preparadas —lo que niegan, categóricamente, movimientos de masas como la fuga de cerebros en España, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, México, Venezuela o Argentina en el siglo XXI— o que se limitan a la búsqueda de mejores condiciones económicas: pudiendo tratarse de muchas otras causas que veremos a continuación —ecológicas, políticas y bélicas, por ejemplo—, así como dependientes de muchos otros factores.
claudiamaluma
No obstante, gran parte de la controversia del término se encuentra asociada a la falta de información sobre este fenómeno, así como a la falsa
claudiamaluma
asta ay llayegue lo estoy pasado es oja vanca
claudiamaluma
tengo sueno pero tengo que terminar la tarea
Las migraciones humanas son un fenómeno tan antiguo como nosotros. Prueba de ello son las primeras migraciones prehistóricas durante el Paleolítico, que supusieron la salida del Homo sapiens de África hace 200.000 años y su expansión por todo el planeta. ¡Y, durante todo ese tiempo, hasta los inicios del Neolítico (9.000 ANE) los humanos fuimos nómadas y no sedentarios!
¿Pero qué es una migración? Se trata del desplazamiento de una persona o un grupo de personas desde el lugar que habitan (su residencia) hasta otro: es decir, a grandes rasgos, un cambio de residencia. En el caso de la salida de las personas de una región o país, se utiliza el término emigración —implica siempre la percepción de un cambio de vida con mejores perspectivas económicas, políticas o sociales—, y, desde el país de destino, este fenómeno se entiende como inmigración: la llegada de personas a una región o país concreto.
No obstante, gran parte de la controversia del término se encuentra asociada a la falta de información sobre este fenómeno, así como a la falsa creencia de que la inmigración en un país es algo negativo, algo que desmienten grandes economías como la del Reino Unido, Francia, Australia, Canadá, Estados Unidos o España, que han crecido gracias a estos flujos migratorios; de igual modo, también tendemos a creer en varios mitos sencillos de desmontar, como que los migrantes no son personas preparadas —lo que niegan, categóricamente, movimientos de masas como la fuga de cerebros en España, Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, México, Venezuela o Argentina en el siglo XXI— o que se limitan a la búsqueda de mejores condiciones económicas: pudiendo tratarse de muchas otras causas que veremos a continuación —ecológicas, políticas y bélicas, por ejemplo—, así como dependientes de muchos otros factores.