Respuesta:La Iglesia católica es una institución religiosa jerárquica de alcance universal. Como tal, tiene una profunda influencia en procesos de carácter político, social y cultural que ocurren desde el espacio internacional hasta las pequeñas localidades. Esta presencia tiene efectos que pueden apreciarse en dos órdenes distintos: el espiritual y el temporal.2
La premisa anterior conduce a una interrogante que resulta imprescindible para comprender las acciones de la institución eclesiástica: ¿cómo se construye su relación con el entorno? No cabe duda de que esta pregunta ha sido formulada en más de una ocasión por los científicos sociales, que han buscado responderla a partir de perspectivas muy diversas. En este artículo se sugiere que para el caso específico del México contemporáneo dichas aportaciones pueden clasificarse en tres categorías:
a) Estudios de base racionalista, en los que la Iglesia se concibe como un actor que se conduce conforme a una racionalidad propia;3
b) Estudios en los que la institución se considera pasiva, entendiéndose más bien como una reproducción del acontecer en el sistema político y en el sistema social;4 y
c) Estudios institucionalistas, en los que se propone que dichos sistemas influyen notoriamente en la racionalidad de la Iglesia, y por lo tanto en su forma de conducirse frente a ambos.5
Respuesta:La Iglesia católica es una institución religiosa jerárquica de alcance universal. Como tal, tiene una profunda influencia en procesos de carácter político, social y cultural que ocurren desde el espacio internacional hasta las pequeñas localidades. Esta presencia tiene efectos que pueden apreciarse en dos órdenes distintos: el espiritual y el temporal.2
La premisa anterior conduce a una interrogante que resulta imprescindible para comprender las acciones de la institución eclesiástica: ¿cómo se construye su relación con el entorno? No cabe duda de que esta pregunta ha sido formulada en más de una ocasión por los científicos sociales, que han buscado responderla a partir de perspectivas muy diversas. En este artículo se sugiere que para el caso específico del México contemporáneo dichas aportaciones pueden clasificarse en tres categorías:
a) Estudios de base racionalista, en los que la Iglesia se concibe como un actor que se conduce conforme a una racionalidad propia;3
b) Estudios en los que la institución se considera pasiva, entendiéndose más bien como una reproducción del acontecer en el sistema político y en el sistema social;4 y
c) Estudios institucionalistas, en los que se propone que dichos sistemas influyen notoriamente en la racionalidad de la Iglesia, y por lo tanto en su forma de conducirse frente a ambos.5
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