Además de en casos de estrés o ansiedad, esta relajación también está especialmente indicada si sufrimos insomnio, ya que si la practicamos en la cama, antes de dormir, observaremos que nos es mucho más fácil conciliar el sueño.
Para practicar la relajación progresiva de Jacobson buscaremos un lugar tranquilo, donde haya una luz tenue y la temperatura sea adecuada. Para comenzar la relajación podemos tanto permanecer echados boca arriba como sentados, preferiblemente en un sillón o silla con brazos.
Comenzaremos con la frente, arrugándola durante cinco segundos y notando la tensión que se produce en la zona. Después la relajaremos despacio, mientras sentimos la sensación de relajación. A continuación cerraremos los ojos, apretándolos fuertemente y relajándolos después, siempre notando la diferencia de la sensación. Lo mismo haremos con la nariz y la boca.
Tensaremos después el cuello, los brazos y las manos. Es importante que nos detengamos en cada parte del cuerpo, tensándola y relajándola. Para terminar haremos lo mismo con los pies y las piernas, poniendo en tensión los músculos y después relajándolos.
Aunque al principio lograr la relajación nos lleve tiempo, si la practicamos regularmente se automatizará, de forma que nos bastará con tensar y relajar, por ejemplo, la mano, para relajarnos totalmente.
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Explicación:
Relajación progresiva de Jacobson
Además de en casos de estrés o ansiedad, esta relajación también está especialmente indicada si sufrimos insomnio, ya que si la practicamos en la cama, antes de dormir, observaremos que nos es mucho más fácil conciliar el sueño.
Para practicar la relajación progresiva de Jacobson buscaremos un lugar tranquilo, donde haya una luz tenue y la temperatura sea adecuada. Para comenzar la relajación podemos tanto permanecer echados boca arriba como sentados, preferiblemente en un sillón o silla con brazos.
Comenzaremos con la frente, arrugándola durante cinco segundos y notando la tensión que se produce en la zona. Después la relajaremos despacio, mientras sentimos la sensación de relajación. A continuación cerraremos los ojos, apretándolos fuertemente y relajándolos después, siempre notando la diferencia de la sensación. Lo mismo haremos con la nariz y la boca.
Tensaremos después el cuello, los brazos y las manos. Es importante que nos detengamos en cada parte del cuerpo, tensándola y relajándola. Para terminar haremos lo mismo con los pies y las piernas, poniendo en tensión los músculos y después relajándolos.
Aunque al principio lograr la relajación nos lleve tiempo, si la practicamos regularmente se automatizará, de forma que nos bastará con tensar y relajar, por ejemplo, la mano, para relajarnos totalmente.
Espero sirva