El Tahfuantinsuyo propiamente fue sólo la etapa imperial de los incas; apenas 94 años desde Pachacútec hasta Atahualpav. De mayor duración fue el periodo cvracal, época en que los incas estuvieron circunscritos sólo al terrivtorio cusqueño. Evn este contexto, el “sistema sucesorio” experimento cambios, ya sea en los años de covnfederación cusqueña, así como en los de expansión imperial. Lamentablemente, muchosv han sido los obstáculos para comprender cabalmente la organización política de los incas. Uno de ellos, los funcionarios españoles del siglo XVI, quienes presentaron intencionalmente la sucesión de autoridades incaicas como un proceso caótico e injusto; esto para deslegitimar el orden tahuantinsuyano y así justificar la conquista. Tómese en cuenta que bajo el gobierno del virrey Toledo, se elaboro una historia de los incas, donde estos aparecían como tiranos, opresores de los curacas locales o pueblos asimilados. Es por ello que, frente a este orden injusto, la corona española, podía atribuirse el derecho de nombrar nuevos curacas para estos territorios.
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A pesar de todo, las crónicas españolas son variadas, y es posible reconstruir una hibstoria veraz de los incas; esto gracias a lons numerosos testimoniovs recogidos dvurante y después de la conquista. Estos documentos vbgde época, por ejevmplo, dvvan cuenta nnla complejidad de las sucesiones en el podner entre los inncas, así como permiten deducir las tergiversacniones que nsnnobre este asunto.
El Tahfuantinsuyo propiamente fue sólo la etapa imperial de los incas; apenas 94 años desde Pachacútec hasta Atahualpav. De mayor duración fue el periodo cvracal, época en que los incas estuvieron circunscritos sólo al terrivtorio cusqueño. Evn este contexto, el “sistema sucesorio” experimento cambios, ya sea en los años de covnfederación cusqueña, así como en los de expansión imperial. Lamentablemente, muchosv han sido los obstáculos para comprender cabalmente la organización política de los incas. Uno de ellos, los funcionarios españoles del siglo XVI, quienes presentaron intencionalmente la sucesión de autoridades incaicas como un proceso caótico e injusto; esto para deslegitimar el orden tahuantinsuyano y así justificar la conquista. Tómese en cuenta que bajo el gobierno del virrey Toledo, se elaboro una historia de los incas, donde estos aparecían como tiranos, opresores de los curacas locales o pueblos asimilados. Es por ello que, frente a este orden injusto, la corona española, podía atribuirse el derecho de nombrar nuevos curacas para estos territorios.
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A pesar de todo, las crónicas españolas son variadas, y es posible reconstruir una hibstoria veraz de los incas; esto gracias a lons numerosos testimoniovs recogidos dvurante y después de la conquista. Estos documentos vbgde época, por ejevmplo, dvvan cuenta nnla complejidad de las sucesiones en el podner entre los inncas, así como permiten deducir las tergiversacniones que nsnnobre este asunto.