ero los éxitos nunca están exentos de controversia.
Entonces, muchos creían que la Primera Guerra Mundial iba a ser la última de las guerras. Pero otros vieron que había intereses financieros controversiales en marcha.
Smedley Butler era un general estadounidense que después hizo campaña contra el expansionismo militar y vio cómo se cosechaban beneficios al lado de las "recién colocadas tumbas" de la guerra.
Teléfono de Marconi
FUENTE DE LA IMAGEN,THINKSTOCK
Pie de foto,
Los equipos de transmisión de Marconi fueron los primeros en anunciar el estallido de la guerra.
En 1935, escribió que la guerra generaba demasiados beneficios como para que no se volviera a repetir y llamó la atención respecto a la inmensa cantidad de dinero que hacían las compañías de acero y de armas en Estados Unidos.
Entre las que mencionó está el fabricante de municiones Du Pont, cuyos beneficios se incrementaron y cuyas acciones, según el New York Times, se dispararon en 374% entre 1915 y 1918.
Las compañías navales también empezaron a ser criticadas por comentaristas como el panfletista antimilitarista JW Kneeshaw, quien señaló en un folleto en 1918 los beneficios de los dueños de navíos.
Por ejemplo, el diario Manchester Guardian informó en mayo de 1917 que la naviera Frederick Leyland & Co pagaba sus dividendos a una tasa de 24,5% en 1915, mientras que sólo un año después, en 1916, lo hacía a 88%.Explicación:
Respuesta:
ero los éxitos nunca están exentos de controversia.
Entonces, muchos creían que la Primera Guerra Mundial iba a ser la última de las guerras. Pero otros vieron que había intereses financieros controversiales en marcha.
Smedley Butler era un general estadounidense que después hizo campaña contra el expansionismo militar y vio cómo se cosechaban beneficios al lado de las "recién colocadas tumbas" de la guerra.
Teléfono de Marconi
FUENTE DE LA IMAGEN,THINKSTOCK
Pie de foto,
Los equipos de transmisión de Marconi fueron los primeros en anunciar el estallido de la guerra.
En 1935, escribió que la guerra generaba demasiados beneficios como para que no se volviera a repetir y llamó la atención respecto a la inmensa cantidad de dinero que hacían las compañías de acero y de armas en Estados Unidos.
Entre las que mencionó está el fabricante de municiones Du Pont, cuyos beneficios se incrementaron y cuyas acciones, según el New York Times, se dispararon en 374% entre 1915 y 1918.
Las compañías navales también empezaron a ser criticadas por comentaristas como el panfletista antimilitarista JW Kneeshaw, quien señaló en un folleto en 1918 los beneficios de los dueños de navíos.
Por ejemplo, el diario Manchester Guardian informó en mayo de 1917 que la naviera Frederick Leyland & Co pagaba sus dividendos a una tasa de 24,5% en 1915, mientras que sólo un año después, en 1916, lo hacía a 88%.Explicación: