Todos hemos tenido nuestros propios problemas – suficientes, si pensamos en ello-, por lo cual es fácil pensar que esta sección, sobre definir y analizar problemas, es innecesaria. Podemos pensar: "Yo sé cuál es el problema. Simplemente no sé qué hacer con él”.
¡No tan rápido! Un problema que es definido sólo parcialmente – o un problema cuyos matices no se comprenden del todo - es mucho más difícil de solucionar que un problema que ha sido definido y analizado claramente. La forma en que un problema es redactado y entendido tiene un impacto enorme en el número, calidad y tipo de soluciones propuestas.
En esta sección, empezaremos con lo básico, concentrándonos primordialmente en cuatro cosas. Primero, vamos a considerar la naturaleza de los problemas en general, y luego, más específicamente, en aclarar y definir el problema en que se está trabajando. Luego, vamos a hablar acerca de si realmente se quiere o no solucionar el problema, o bien si se prefiere mejor dejarlo a un lado. Finalmente, hablaremos de cómo hacer un análisis profundo del problema.
LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS
Entonces, ¿cuál es el problema? Puede ser muchas cosas. Nuestro instinto nos indica cuando hay un problema, aun si podemos traducirlo a palabras o no. Tal vez nos sentimos incómodos en cierto lugar, pero no sabes exactamente por qué. Un problema puede ser simplemente la sensación de que algo está mal y que debe ser corregido. Podríamos sentir alguna sensación de aflicción o de injusticia.
Puesto de la forma más simple, un problema es la diferencia entre lo que es y lo que podría o debería ser. "Ningún niño debe irse a la cama hambriento, pero esto le pasa a la cuarta parte de todos los niños del país" es una afirmación clara y fuerte sobre un problema. Otro ejemplo puede ser, "La comunicación en nuestra oficina no es muy clara". En este ejemplo, la explicación de lo que "podría o debería ser" es simplemente aludida.
Tal y como lo ilustran estos problemas, algunos son más serios que otros; el problema del hambre en la niñez es un problema mucho más severo que el hecho de que el nuevo centro juvenil carece de equipo para el ejercicio físico, aunque ambos son problemas que pueden y deben ser abordados. Generalmente, los problemas que afectan grupos de personas – niños, madres adolescentes, los enfermos mentales, los pobres – pueden al menos ser abordados y en muchos casos disminuidos usando el proceso señalado en este capítulo.
Aunque la organización pueda haber decido abordar un problema aparentemente insuperable, el proceso que se utilizará para resolverlo no es complejo. Éste, sin embargo, toma tiempo, tanto para formularlo como para analizarlo por completo. La mayoría de las personas subestima el trabajo que necesita hacer y el tiempo que deberá emplear en ello. Sin embargo, esto es la piedra angular, los cimientos con los que se van a proponer soluciones efectivas. Éste no es el momento para tomar atajos.
Tres conceptos básicos conforman el núcleo de este capítulo: aclarar, decidir y analizar. Veamos cada uno a su tiempo.
ACLARAR EL PROBLEMA
Si se va a tener una reunión para hablar de la resolución del problema, entonces ya se entiende que algo no está del todo bien – o tal vez más que eso; se entiende que algo está muy, pero muy mal. Éste es el comienzo, y por supuesto, lo más lógico es…
Comenzar con lo que se sabe. Cuando los integrantes del grupo entran por la puerta al inicio de la reunión, ¿qué es lo que piensan de la situación? Hay una variedad de formas distintas de averiguar esta información. Se les puede pedir de antemano anotar lo que saben acerca del problema o el facilitador puede dirigir una sesión de lluvia de ideas para tratar de sacar el mayor número de ideas. Es necesario recordar que un buen facilitador expondrá las opiniones de todos y no sólo la de aquellos que participen vocalmente.
Decidir qué información hace falta. La información es la clave para la toma de decisiones efectiva. Si está luchando contra el hambre en la niñez, ¿se sabe cuáles son los niños que están hambrientos? ¿Cuándo están hambrientos – todo el tiempo o particularmente al final del mes, cuando todo el dinero se ha acabado? Si ése es el caso, la declaración del problema puede ser, "Los niños de nuestra comunidad están hambrientos a menudo al final del mes porque el salario de sus padres se agotan muy rápido".
Respuesta: Creo que un do los problemas mas comunes el el mundo es LA DISCRIMINACION, EL RACISMO, EL MACHISMO, LA EXPLOTACION, ETC.
Explicación:
Respuesta:
coronita por fiss
Explicación:
LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS
ACLARAR EL PROBLEMA
DECIDIR SOLUCIONAR EL PROBLEMA
ANALIZAR EL PROBLEMA
Todos hemos tenido nuestros propios problemas – suficientes, si pensamos en ello-, por lo cual es fácil pensar que esta sección, sobre definir y analizar problemas, es innecesaria. Podemos pensar: "Yo sé cuál es el problema. Simplemente no sé qué hacer con él”.
¡No tan rápido! Un problema que es definido sólo parcialmente – o un problema cuyos matices no se comprenden del todo - es mucho más difícil de solucionar que un problema que ha sido definido y analizado claramente. La forma en que un problema es redactado y entendido tiene un impacto enorme en el número, calidad y tipo de soluciones propuestas.
En esta sección, empezaremos con lo básico, concentrándonos primordialmente en cuatro cosas. Primero, vamos a considerar la naturaleza de los problemas en general, y luego, más específicamente, en aclarar y definir el problema en que se está trabajando. Luego, vamos a hablar acerca de si realmente se quiere o no solucionar el problema, o bien si se prefiere mejor dejarlo a un lado. Finalmente, hablaremos de cómo hacer un análisis profundo del problema.
LA NATURALEZA DE LOS PROBLEMAS
Entonces, ¿cuál es el problema? Puede ser muchas cosas. Nuestro instinto nos indica cuando hay un problema, aun si podemos traducirlo a palabras o no. Tal vez nos sentimos incómodos en cierto lugar, pero no sabes exactamente por qué. Un problema puede ser simplemente la sensación de que algo está mal y que debe ser corregido. Podríamos sentir alguna sensación de aflicción o de injusticia.
Puesto de la forma más simple, un problema es la diferencia entre lo que es y lo que podría o debería ser. "Ningún niño debe irse a la cama hambriento, pero esto le pasa a la cuarta parte de todos los niños del país" es una afirmación clara y fuerte sobre un problema. Otro ejemplo puede ser, "La comunicación en nuestra oficina no es muy clara". En este ejemplo, la explicación de lo que "podría o debería ser" es simplemente aludida.
Tal y como lo ilustran estos problemas, algunos son más serios que otros; el problema del hambre en la niñez es un problema mucho más severo que el hecho de que el nuevo centro juvenil carece de equipo para el ejercicio físico, aunque ambos son problemas que pueden y deben ser abordados. Generalmente, los problemas que afectan grupos de personas – niños, madres adolescentes, los enfermos mentales, los pobres – pueden al menos ser abordados y en muchos casos disminuidos usando el proceso señalado en este capítulo.
Aunque la organización pueda haber decido abordar un problema aparentemente insuperable, el proceso que se utilizará para resolverlo no es complejo. Éste, sin embargo, toma tiempo, tanto para formularlo como para analizarlo por completo. La mayoría de las personas subestima el trabajo que necesita hacer y el tiempo que deberá emplear en ello. Sin embargo, esto es la piedra angular, los cimientos con los que se van a proponer soluciones efectivas. Éste no es el momento para tomar atajos.
Tres conceptos básicos conforman el núcleo de este capítulo: aclarar, decidir y analizar. Veamos cada uno a su tiempo.
ACLARAR EL PROBLEMA
Si se va a tener una reunión para hablar de la resolución del problema, entonces ya se entiende que algo no está del todo bien – o tal vez más que eso; se entiende que algo está muy, pero muy mal. Éste es el comienzo, y por supuesto, lo más lógico es…
Comenzar con lo que se sabe. Cuando los integrantes del grupo entran por la puerta al inicio de la reunión, ¿qué es lo que piensan de la situación? Hay una variedad de formas distintas de averiguar esta información. Se les puede pedir de antemano anotar lo que saben acerca del problema o el facilitador puede dirigir una sesión de lluvia de ideas para tratar de sacar el mayor número de ideas. Es necesario recordar que un buen facilitador expondrá las opiniones de todos y no sólo la de aquellos que participen vocalmente.
Decidir qué información hace falta. La información es la clave para la toma de decisiones efectiva. Si está luchando contra el hambre en la niñez, ¿se sabe cuáles son los niños que están hambrientos? ¿Cuándo están hambrientos – todo el tiempo o particularmente al final del mes, cuando todo el dinero se ha acabado? Si ése es el caso, la declaración del problema puede ser, "Los niños de nuestra comunidad están hambrientos a menudo al final del mes porque el salario de sus padres se agotan muy rápido".