Hace exactamente 35 años, un día como hoy, los gobiernos de España y México restablecieron relaciones diplomáticas después de una prolongada interrupción. Los pueblos mexicano y español se mantuvieron siempre cercanos y los estrechos lazos que los unen —afectivos, familiares, de amistad y respeto, de identidad y admiración recíproca— fueron sin duda un aliciente poderoso que animó el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
No podía ser de otra manera. A ambas naciones nos une la historia y también la sangre; nos unen valores, anhelos, así como la voluntad de conjuntar esfuerzos para hacer realidad nuestros deseos de mayor crecimiento y bienestar. Nos unen raíces compartidas, fuertes y profundas, que explican no sólo la asociación estratégica que hoy mantenemos, sino también los crecientes beneficios que de ella se derivan.
La España y el México democráticos, actores relevantes en sus respectivas regiones, países hoy más fuertes y unidos que nunca, son también naciones reconocidas a nivel global por sus muchos logros internos —de los cuales la construcción de democracias cada vez más robustas no es el menor— así como por sus valiosas aportaciones a la paz, la seguridad y el desarrollo internacionales.
Hace 35 años el panorama era diferente. Ni México ni España ocupaban el destacado papel que hoy desempeñan en la escena internacional. Ni en lo político ni en lo económico
Respuesta:
38.1018 kg
Explicación paso a paso:
Verified answer
Respuesta:
Hace exactamente 35 años, un día como hoy, los gobiernos de España y México restablecieron relaciones diplomáticas después de una prolongada interrupción. Los pueblos mexicano y español se mantuvieron siempre cercanos y los estrechos lazos que los unen —afectivos, familiares, de amistad y respeto, de identidad y admiración recíproca— fueron sin duda un aliciente poderoso que animó el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
No podía ser de otra manera. A ambas naciones nos une la historia y también la sangre; nos unen valores, anhelos, así como la voluntad de conjuntar esfuerzos para hacer realidad nuestros deseos de mayor crecimiento y bienestar. Nos unen raíces compartidas, fuertes y profundas, que explican no sólo la asociación estratégica que hoy mantenemos, sino también los crecientes beneficios que de ella se derivan.
La España y el México democráticos, actores relevantes en sus respectivas regiones, países hoy más fuertes y unidos que nunca, son también naciones reconocidas a nivel global por sus muchos logros internos —de los cuales la construcción de democracias cada vez más robustas no es el menor— así como por sus valiosas aportaciones a la paz, la seguridad y el desarrollo internacionales.
Hace 35 años el panorama era diferente. Ni México ni España ocupaban el destacado papel que hoy desempeñan en la escena internacional. Ni en lo político ni en lo económico
Explicación paso a paso: