Además, las autoras explican que las reacciones químicas no son aleatorias, sino que se producen si se dan las condiciones adecuadas: que haya cerca las cantidades adecuadas de los reactivos convenientes, que haya combustible para la reacción, y que las variables del entorno estén dentro de los límites apropiados, incluida la temperatura, la salinidad y el pH.
“Homeostasis es el término que utilizan los fisiólogos para referirse al equilibrio de todas las variables. Nuestro cuerpo utiliza muchos mecanismos homeostáticos para mantenerlo todo bajo el mismo control, si no no se pueden producir todas las reacciones del metabolismo”, advierten.
Algunas de estas variables son:
- La termorregulación o mantener una temperatura constante: Las reacciones metabólicas exigen una temperatura dentro de unos límites. Como somos de ‘sangre caliente’ o ‘homeotermos’ mantenemos una temperatura corporal casi constante independiente de la temperatura externa, y lo conseguimos regulando el índice metabólico a través de distintos mecanismos, como el sudor, entre otros.
- Balance hídrico: Gran parte de las reacciones metabólicas necesitan un medio acuoso. El cuerpo contiene mucha agua, en las sangre, en las células, en los espacios entre las células, o en los órganos digestivos entre otros. No se trata de agua pura sino de un disolvente para miles de iones y moléculas (solutos).
- Regular el suministro de combustible, la concentración de glucosa en sangre: La glucosa, el combustible de los procesos celulares, llega a todas las células disuelta en la sangre. Ésta ha de ser lo suficientemente elevada para que todas las células tengan combustible. Sin embargo, un nivel demasiado elevado de glucosa puede dañar muchos órganos y tejidos importantes, en especial allí donde los vasos son minúsculos, como en la retina del ojo, las extremidades (manos y pies) y los riñones.
De hecho, aquí subrayan que la diabetes es una enfermedad en la que hay concentración excesiva y crónica de glucosa en la sangre. El páncreas es el encargado de controlar la cantidad de glucosa en sangre.
Por último, las autoras resaltan que los organismos utilizan mecanismos de autorregulación para controlar diferentes aspectos de su fisiología y , por ejemplo, se regulan las condiciones fisiológicas dentro de unos límites, diciéndole al sistema que ralentice o disminuya la producción cuando se ha alcanzado la cantidad óptima, o que la acelere o la aumente si se encuentra por debajo de dicho umbral.
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Respuesta:
LA HOMEOSTASIS
Además, las autoras explican que las reacciones químicas no son aleatorias, sino que se producen si se dan las condiciones adecuadas: que haya cerca las cantidades adecuadas de los reactivos convenientes, que haya combustible para la reacción, y que las variables del entorno estén dentro de los límites apropiados, incluida la temperatura, la salinidad y el pH.
“Homeostasis es el término que utilizan los fisiólogos para referirse al equilibrio de todas las variables. Nuestro cuerpo utiliza muchos mecanismos homeostáticos para mantenerlo todo bajo el mismo control, si no no se pueden producir todas las reacciones del metabolismo”, advierten.
Algunas de estas variables son:
- La termorregulación o mantener una temperatura constante: Las reacciones metabólicas exigen una temperatura dentro de unos límites. Como somos de ‘sangre caliente’ o ‘homeotermos’ mantenemos una temperatura corporal casi constante independiente de la temperatura externa, y lo conseguimos regulando el índice metabólico a través de distintos mecanismos, como el sudor, entre otros.
- Balance hídrico: Gran parte de las reacciones metabólicas necesitan un medio acuoso. El cuerpo contiene mucha agua, en las sangre, en las células, en los espacios entre las células, o en los órganos digestivos entre otros. No se trata de agua pura sino de un disolvente para miles de iones y moléculas (solutos).
- Regular el suministro de combustible, la concentración de glucosa en sangre: La glucosa, el combustible de los procesos celulares, llega a todas las células disuelta en la sangre. Ésta ha de ser lo suficientemente elevada para que todas las células tengan combustible. Sin embargo, un nivel demasiado elevado de glucosa puede dañar muchos órganos y tejidos importantes, en especial allí donde los vasos son minúsculos, como en la retina del ojo, las extremidades (manos y pies) y los riñones.
De hecho, aquí subrayan que la diabetes es una enfermedad en la que hay concentración excesiva y crónica de glucosa en la sangre. El páncreas es el encargado de controlar la cantidad de glucosa en sangre.
Por último, las autoras resaltan que los organismos utilizan mecanismos de autorregulación para controlar diferentes aspectos de su fisiología y , por ejemplo, se regulan las condiciones fisiológicas dentro de unos límites, diciéndole al sistema que ralentice o disminuya la producción cuando se ha alcanzado la cantidad óptima, o que la acelere o la aumente si se encuentra por debajo de dicho umbral.