1. Sin embargo, eso no significa aprender una historia sesgada, como suele ocurrir cuando es escrita por los vencedores. La versión de los derrotados también es importante. Así mismo, es necesario conocer lo bueno y lo malo, las fortalezas y debilidades del municipio, el departamento y el país.
2. Está informado. No basta con saber qué significan los colores de la bandera, quién escribió el himno nacional o cuántas constituciones ha tenido Colombia. Hay que saber cuáles son los derechos y los deberes que señala la Constitución Nacional, qué es el Derecho Internacional Humanitario, qué leyes se están tramitando en el Congreso, etc.
Incluso el ciudadano contemporáneo debe estar al tanto de lo que pasa en el mundo porque debe tener conciencia de la globalidad. Por ejemplo, si gana las elecciones George Bush tiene unas implicaciones para Colombia diferentes a si gana el demócrata John Kerry.
3. Es deliberante. El que delibera examina atentamente pros y contras de una decisión. No traga entero, analiza y pide razones y explicaciones, y las da cuando quiere convencer a otros.
4. Participa. Estar informado y ser analítico obliga a no quedarse con ese conocimiento. El buen ciudadano comparte sus saberes con los demás y toma parte de acciones que sirven a la comunidad. Además, está pendiente y alerta de los mecanismos de participación que existen en su entorno: colegio, empresa, conjunto residencial, etc.
5. Se rebela. Indignarse ante la arbitrariedad es una de las características más importantes de un buen ciudadano. Si se tienen claras las reglas del juego y estas se incumplen sin justificación, es obligación oponerse a ello. No se trata de recurrir a las vías de hecho sino a las de derecho o mejor, a las institucionales.
Respuesta:
1. Sin embargo, eso no significa aprender una historia sesgada, como suele ocurrir cuando es escrita por los vencedores. La versión de los derrotados también es importante. Así mismo, es necesario conocer lo bueno y lo malo, las fortalezas y debilidades del municipio, el departamento y el país.
2. Está informado. No basta con saber qué significan los colores de la bandera, quién escribió el himno nacional o cuántas constituciones ha tenido Colombia. Hay que saber cuáles son los derechos y los deberes que señala la Constitución Nacional, qué es el Derecho Internacional Humanitario, qué leyes se están tramitando en el Congreso, etc.
Incluso el ciudadano contemporáneo debe estar al tanto de lo que pasa en el mundo porque debe tener conciencia de la globalidad. Por ejemplo, si gana las elecciones George Bush tiene unas implicaciones para Colombia diferentes a si gana el demócrata John Kerry.
3. Es deliberante. El que delibera examina atentamente pros y contras de una decisión. No traga entero, analiza y pide razones y explicaciones, y las da cuando quiere convencer a otros.
4. Participa. Estar informado y ser analítico obliga a no quedarse con ese conocimiento. El buen ciudadano comparte sus saberes con los demás y toma parte de acciones que sirven a la comunidad. Además, está pendiente y alerta de los mecanismos de participación que existen en su entorno: colegio, empresa, conjunto residencial, etc.
5. Se rebela. Indignarse ante la arbitrariedad es una de las características más importantes de un buen ciudadano. Si se tienen claras las reglas del juego y estas se incumplen sin justificación, es obligación oponerse a ello. No se trata de recurrir a las vías de hecho sino a las de derecho o mejor, a las institucionales.