1.En el jardín de tu carahay una flor especial;quiero ser tu jardineropara poderla besar.No voy a decir a nadielo mucho que yo te quieroque hay gente muy envidiosay te dirán que no es cierto.Quise beber una vezen la fuente de tus besosy por calmar tanta sedme ahogué para siempre en ellos.
2.A la entrada de tu casa
Ni baturra, ni mañica,
ni mocica resalada.Sólo mujer de Aragón,que sólo con eso basta.Siempre a la orilla del Ebrome acerco para soñarmontañas llenas de nieve,llanuras llenas de pan.Arrancarán de los camposla vid que cavó mi padremas no de mi corazón,que junto a su tierra late.
Forjó en su mente el poetaversos de amor y dolor:dardos de seda y aceroque clavó en mi corazón.
(Miguel Ángel Yusta)
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1.En el jardín de tu cara
hay una flor especial;
quiero ser tu jardinero
para poderla besar.
No voy a decir a nadie
lo mucho que yo te quiero
que hay gente muy envidiosa
y te dirán que no es cierto.
Quise beber una vez
en la fuente de tus besos
y por calmar tanta sed
me ahogué para siempre en ellos.
2.A la entrada de tu casa
me robaron tu cariñoNunca la puerta encontrase
aquel ladrón de lo mío.
Dicen que alumbran tus ojos
más que el sol de los Monegros.
¡Pues déjalos nubladicos
cuando vaya a darte un beso!
Con montes de sol y piedra,
desiertos, polvo, calor
y corazones inmensos:
así se forjó Aragón.
3.
Ni baturra, ni mañica,
ni mocica resalada.
Sólo mujer de Aragón,
que sólo con eso basta.
Siempre a la orilla del Ebro
me acerco para soñar
montañas llenas de nieve,
llanuras llenas de pan.
Arrancarán de los campos
la vid que cavó mi padre
mas no de mi corazón,
que junto a su tierra late.
Forjó en su mente el poeta
versos de amor y dolor:
dardos de seda y acero
que clavó en mi corazón.
(Miguel Ángel Yusta)