Las guerras bonapartistas terminaron en 1815, y mientras que la Revolución y la Francia imperial habían cambiado el aspecto de Europa, y agotado la imaginación del mundo entero, también estaba, más silenciosa, la poderosa Gran Bretaña, que pronto entraría en escena como la principal potencia del mundo. En este marco nació la princesa Victoria, en 1819.
Casi la mitad de la población mundial vivía, de hecho, en algún área del globo que gobernaba la reina Victoria desde Londres. Esta fue la impronta de Victoria sobre la historia del mundo. Durante gran parte del siglo XIX, la libra esterlina británica fue la moneda corriente dentro de los mercados mundiales, la flota británica la autoridad máxima en ultramar, las humeantes fábricas y las incontables vías del ferrocarril fueron el ejemplo a seguir para todas las demás potencias que imitaron la Revolución Industrial británica.
Este fue un periodo de consolidación económica, las colonias y su sistema colonial proporcionará las materias primas necesarias para el éxito de la revolución industrial.
En esta época comienzan a fundarse distintas sociedades de intelectuales, algunos como la Sociedad Fabiana cuyo objetivo era promover el movimiento socialista, persona importantes como Friedrich Hayek, George Bernard Shaw y H.G. Wells, fueron socios activos de esta sociedad. Movimientos que tuvieron su máxima representación cuando en 1887, miles de personas del ámbito socialista, desempleados y obreros mal pagados se manifestaron en contra del Gobierno en Trafalgar Square, saldándose con cientos de heridos y dos muertos, este domingo de noviembre pasaría a la historia como el Domingo Sangriento.
La Gran Bretaña Victoriana era eminentemente textil, con la llegada de la industria, sobre todo al mundo de la confección, el PIB se dispara, la mecanización y la industrializaciónemplea a un sector de la población que hasta ahora se había sentido marginada. La mecanización comienza a instalarse en las fábricas.
La revolución de los transportes con la aparición del ferrocarril y del barco a vapor, hacen necesaria la creación de una industria más pesada, una industria creada para el hierro, el acero y el carbón.
La hegemonía del Imperio Británico a nivel internacional y la creciente popularidad de la monarquía como un símbolo de unidad nacional, crearon un tipo de sociedad donde una nueva clase social, la clase media comienzan a dictar sus gustos y a imponer conductas. Los estamentos estaban claramente diferenciados: La nobleza, la alta burguesía, la clase Media y los obreros y trabajadores. Las clases sociales más altas, compuestas por aquellos que tenían títulos nobiliarios o eran poseedores de grandes fortunas familiares. Pertenecían a esta clase alta los miembros de las monarquías, los sacerdotes, y los aristócratas.
Las guerras bonapartistas terminaron en 1815, y mientras que la Revolución y la Francia imperial habían cambiado el aspecto de Europa, y agotado la imaginación del mundo entero, también estaba, más silenciosa, la poderosa Gran Bretaña, que pronto entraría en escena como la principal potencia del mundo. En este marco nació la princesa Victoria, en 1819.
Casi la mitad de la población mundial vivía, de hecho, en algún área del globo que gobernaba la reina Victoria desde Londres. Esta fue la impronta de Victoria sobre la historia del mundo. Durante gran parte del siglo XIX, la libra esterlina británica fue la moneda corriente dentro de los mercados mundiales, la flota británica la autoridad máxima en ultramar, las humeantes fábricas y las incontables vías del ferrocarril fueron el ejemplo a seguir para todas las demás potencias que imitaron la Revolución Industrial británica.
Este fue un periodo de consolidación económica, las colonias y su sistema colonial proporcionará las materias primas necesarias para el éxito de la revolución industrial.
En esta época comienzan a fundarse distintas sociedades de intelectuales, algunos como la Sociedad Fabiana cuyo objetivo era promover el movimiento socialista, persona importantes como Friedrich Hayek, George Bernard Shaw y H.G. Wells, fueron socios activos de esta sociedad. Movimientos que tuvieron su máxima representación cuando en 1887, miles de personas del ámbito socialista, desempleados y obreros mal pagados se manifestaron en contra del Gobierno en Trafalgar Square, saldándose con cientos de heridos y dos muertos, este domingo de noviembre pasaría a la historia como el Domingo Sangriento.
La Gran Bretaña Victoriana era eminentemente textil, con la llegada de la industria, sobre todo al mundo de la confección, el PIB se dispara, la mecanización y la industrializaciónemplea a un sector de la población que hasta ahora se había sentido marginada. La mecanización comienza a instalarse en las fábricas.
La revolución de los transportes con la aparición del ferrocarril y del barco a vapor, hacen necesaria la creación de una industria más pesada, una industria creada para el hierro, el acero y el carbón.
La hegemonía del Imperio Británico a nivel internacional y la creciente popularidad de la monarquía como un símbolo de unidad nacional, crearon un tipo de sociedad donde una nueva clase social, la clase media comienzan a dictar sus gustos y a imponer conductas. Los estamentos estaban claramente diferenciados: La nobleza, la alta burguesía, la clase Media y los obreros y trabajadores. Las clases sociales más altas, compuestas por aquellos que tenían títulos nobiliarios o eran poseedores de grandes fortunas familiares. Pertenecían a esta clase alta los miembros de las monarquías, los sacerdotes, y los aristócratas.