El primer paso para evitar episodios de discriminación es que todos somos simplemente humanos, por tanto hay que aprender a ser pacientes con las personas con discapacidad. Si nos toca de cerca esta situación debemos tener compromiso, voluntad y no rendirnos frente a las dificultades que puedan aparecer.
Educar en valores
En el caso de niños con discapacidad resulta fundamental educarlos en valores y poner en práctica comportamientos o hábitos de conducta basados en esos valores, de ese modo, el proceso de integración con el resto de iguales será mucho más sencillo, más viable.
Actuar frente a la discriminación de manera sensata
Si se es presente de una conducta discriminatoria frene a una persona con discapacidad o incluso si se es protagonista de la misma, hay que corregir esos comportamientos desde el cariño, desde el respeto. Las muestras de burla o rechazo acabarán si la persona que las comete es capaz de empatizar con la persona que recibe las faltas de respeto. El objetivo claro es el de incentivar a la reflexión.
Potenciar la empatía y la tolerancia
Es otro de los aspectos clave. La empatía es la capacidad de ponerse en la piel del otro, para ello existen decenas de ejercicios prácticos que son muy útiles y con los que se consiguen buenos resultados.
Personas con capacidades diferentes
En el caso de los niños es importante reforzar en ellos la idea de que todos los seres humanos tienen capacidades diferentes y que eso hace que vivamos en una sociedad diversa, todos nos necesitamos unos a otros y nos complementamos. Para ello, algo que siempre funciona es ofrecer ejemplos de personas con discapacidad que han conseguido superar todas las adversidades y alcanzar el éxito.
Todos somos humanos, eso nos unifica
El primer paso para evitar episodios de discriminación es que todos somos simplemente humanos, por tanto hay que aprender a ser pacientes con las personas con discapacidad. Si nos toca de cerca esta situación debemos tener compromiso, voluntad y no rendirnos frente a las dificultades que puedan aparecer.
Educar en valores
En el caso de niños con discapacidad resulta fundamental educarlos en valores y poner en práctica comportamientos o hábitos de conducta basados en esos valores, de ese modo, el proceso de integración con el resto de iguales será mucho más sencillo, más viable.
Actuar frente a la discriminación de manera sensata
Si se es presente de una conducta discriminatoria frene a una persona con discapacidad o incluso si se es protagonista de la misma, hay que corregir esos comportamientos desde el cariño, desde el respeto. Las muestras de burla o rechazo acabarán si la persona que las comete es capaz de empatizar con la persona que recibe las faltas de respeto. El objetivo claro es el de incentivar a la reflexión.
Potenciar la empatía y la tolerancia
Es otro de los aspectos clave. La empatía es la capacidad de ponerse en la piel del otro, para ello existen decenas de ejercicios prácticos que son muy útiles y con los que se consiguen buenos resultados.
Personas con capacidades diferentes
En el caso de los niños es importante reforzar en ellos la idea de que todos los seres humanos tienen capacidades diferentes y que eso hace que vivamos en una sociedad diversa, todos nos necesitamos unos a otros y nos complementamos. Para ello, algo que siempre funciona es ofrecer ejemplos de personas con discapacidad que han conseguido superar todas las adversidades y alcanzar el éxito.