“EL JARDÍN DE LAS PALABRAS” UN POEMA DE AMOR HECHO ANIME
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“El jardín de las palabras” (言の葉の庭, Kotonoha no Niwa) es una película del aclamado director japonés Makoto Shinkai que se estrenó en el año 2013. Shinkai estudió literatura japonesa en la Universidad de Nagano lo cual se refleja claramente en muchos de sus trabajos.
Con la sencillez propia de un poema tradicional japonés el film cuenta la historia de un joven aprendiz de diseñador de zapatos llamado Takao Akizuki, que acostumbra a saltarse las clases en el instituto los días de lluvia, para pasar el rato en un jardín dibujando calzado. Allí conoce a Yukari Yukino, una misteriosa mujer varios años mayor que él, que también prefiere pasar los días lluviosos bajo el gazebo del parque, bebiendo cerveza y comiendo chocolate. Desde su primer encuentro y solamente durante los días en los que cae la lluvia, ambos siguen reuniéndose y estrechando su relación. Los días soleados tendrán que volver a sus respectivas vidas.
El jardín se convierte en un lugar de evasión donde los personajes se retiran para poder escuchar sus almas y conocer sus objetivos vitales: Takao quiere ser diseñador de zapatos y Yukino debe reconstruir su vida. Por eso él termina diseñándole unos zapatos para que pueda “caminar” de nuevo.
La duración del film es únicamente 45 minutos. Se trata de una película muy breve, como breves son también los poemas japoneses.
La historia comienza con un monólogo interior de Takao, en el que describe lo que siente durante el trayecto de sus viajes en tren hacia el instituto. Una aportación repleta de sensaciones y sentimientos, que nos aproxima a la personalidad del personaje y a la esencia lírica de la película:
“Hasta hace dos meses cuando entré en el instituto, no conocía cosas como la sensación del paraguas de alguien mojándome el dobladillo del uniforme, el olor a naftalina impregnado en el traje de alguien, el calor del cuerpo de otra persona sobre mi espalda, la brisa del aire acondicionado sobre mi cara… Cuando era pequeño el cielo estaba mucho más cerca. Por eso me gusta la lluvia, porque trae consigo el olor del cielo. Y a menudo en las mañanas lluviosas, en lugar de hacer transbordo, salgo de la estación…”
Es junio, Takao camina bajo la lluvia hasta llegar al quiosco de un parque y se sorprende al ver a una mujer sentada comiendo y bebiendo. Comienza a dibujar y ella observa caer la lluvia mientras bebe cerveza: “Es como si la conociera de algo. –Oye, ¿nos hemos visto antes?”. Yukino mira el uniforme del muchacho, sonríe, se levanta y se dispone a marcharse.
Un poema de amor
A partir de aquí el relato se construye en torno a un tanka que recita Yukino al abandonar el gazebo. Un tanka es un poema clásico japonés tipo adivinanza, que sólo tiene una respuesta correcta. Se trata de un poema diálogo, que requiere una contestación. Consta de cinco versos con la siguiente métrica: (5,7,5,7,7). Este tipo de poemas apareció en Japón hace más de 1400 años y su utilidad principal era transmitir mensajes secretos entre amantes. Se enviaban generalmente escritos en un abanico o atados a una flor. Eran entregados en mano al destinatario por un mensajero al que se obsequiaba con un trago mientras el interesado escribía una respuesta a la primera parte del poema.
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“EL JARDÍN DE LAS PALABRAS” UN POEMA DE AMOR HECHO ANIME
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“El jardín de las palabras” (言の葉の庭, Kotonoha no Niwa) es una película del aclamado director japonés Makoto Shinkai que se estrenó en el año 2013. Shinkai estudió literatura japonesa en la Universidad de Nagano lo cual se refleja claramente en muchos de sus trabajos.
Con la sencillez propia de un poema tradicional japonés el film cuenta la historia de un joven aprendiz de diseñador de zapatos llamado Takao Akizuki, que acostumbra a saltarse las clases en el instituto los días de lluvia, para pasar el rato en un jardín dibujando calzado. Allí conoce a Yukari Yukino, una misteriosa mujer varios años mayor que él, que también prefiere pasar los días lluviosos bajo el gazebo del parque, bebiendo cerveza y comiendo chocolate. Desde su primer encuentro y solamente durante los días en los que cae la lluvia, ambos siguen reuniéndose y estrechando su relación. Los días soleados tendrán que volver a sus respectivas vidas.
El jardín se convierte en un lugar de evasión donde los personajes se retiran para poder escuchar sus almas y conocer sus objetivos vitales: Takao quiere ser diseñador de zapatos y Yukino debe reconstruir su vida. Por eso él termina diseñándole unos zapatos para que pueda “caminar” de nuevo.
La duración del film es únicamente 45 minutos. Se trata de una película muy breve, como breves son también los poemas japoneses.
La historia comienza con un monólogo interior de Takao, en el que describe lo que siente durante el trayecto de sus viajes en tren hacia el instituto. Una aportación repleta de sensaciones y sentimientos, que nos aproxima a la personalidad del personaje y a la esencia lírica de la película:
“Hasta hace dos meses cuando entré en el instituto, no conocía cosas como la sensación del paraguas de alguien mojándome el dobladillo del uniforme, el olor a naftalina impregnado en el traje de alguien, el calor del cuerpo de otra persona sobre mi espalda, la brisa del aire acondicionado sobre mi cara… Cuando era pequeño el cielo estaba mucho más cerca. Por eso me gusta la lluvia, porque trae consigo el olor del cielo. Y a menudo en las mañanas lluviosas, en lugar de hacer transbordo, salgo de la estación…”
Es junio, Takao camina bajo la lluvia hasta llegar al quiosco de un parque y se sorprende al ver a una mujer sentada comiendo y bebiendo. Comienza a dibujar y ella observa caer la lluvia mientras bebe cerveza: “Es como si la conociera de algo. –Oye, ¿nos hemos visto antes?”. Yukino mira el uniforme del muchacho, sonríe, se levanta y se dispone a marcharse.
Un poema de amor
A partir de aquí el relato se construye en torno a un tanka que recita Yukino al abandonar el gazebo. Un tanka es un poema clásico japonés tipo adivinanza, que sólo tiene una respuesta correcta. Se trata de un poema diálogo, que requiere una contestación. Consta de cinco versos con la siguiente métrica: (5,7,5,7,7). Este tipo de poemas apareció en Japón hace más de 1400 años y su utilidad principal era transmitir mensajes secretos entre amantes. Se enviaban generalmente escritos en un abanico o atados a una flor. Eran entregados en mano al destinatario por un mensajero al que se obsequiaba con un trago mientras el interesado escribía una respuesta a la primera parte del poema.