Transformada en una zona de guerra, Quito se convirtió en el punto de ebullición del descontento social en Ecuador. Por diez días el movimiento indígena se convirtió en la principal fuerza política en las calles y logró hacer reversar al presidente Lenín Moreno al derogar la más controvertida política del ‘paquetazo económico’: la polémica política de retiro del subsidio a los combustibles.
“El gobierno le tiene terror a las protestas”, explicó la socióloga Carol Murillo en diálogo con France 24. Enfrentar las movilizaciones con mano dura llevó a Moreno a un endurecimiento de la posición de estos grupos y a episodios de represiva violencia que derivó en la muerte de siete personas, incluido un líder indígena y dejó 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las poderosas marchas que lideraron los indígenas, que durante más de una semana abandonaron sus provincias y llegaron hasta la capital ecuatoriana para presionar al gobierno, tienen en el pasado, una historia de poderosa lucha que, en alianza con militares y otros sectores civiles, logró derrocar a tres presidentes y este 13 de octubre le propinó una dura derrota política al presidente que suscribió un crédito con el Fondo Monetario Internacional.
Transformada en una zona de guerra, Quito se convirtió en el punto de ebullición del descontento social en Ecuador. Por diez días el movimiento indígena se convirtió en la principal fuerza política en las calles y logró hacer reversar al presidente Lenín Moreno al derogar la más controvertida política del ‘paquetazo económico’: la polémica política de retiro del subsidio a los combustibles.
“El gobierno le tiene terror a las protestas”, explicó la socióloga Carol Murillo en diálogo con France 24. Enfrentar las movilizaciones con mano dura llevó a Moreno a un endurecimiento de la posición de estos grupos y a episodios de represiva violencia que derivó en la muerte de siete personas, incluido un líder indígena y dejó 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las poderosas marchas que lideraron los indígenas, que durante más de una semana abandonaron sus provincias y llegaron hasta la capital ecuatoriana para presionar al gobierno, tienen en el pasado, una historia de poderosa lucha que, en alianza con militares y otros sectores civiles, logró derrocar a tres presidentes y este 13 de octubre le propinó una dura derrota política al presidente que suscribió un crédito con el Fondo Monetario Internacional.
Respuesta:
Transformada en una zona de guerra, Quito se convirtió en el punto de ebullición del descontento social en Ecuador. Por diez días el movimiento indígena se convirtió en la principal fuerza política en las calles y logró hacer reversar al presidente Lenín Moreno al derogar la más controvertida política del ‘paquetazo económico’: la polémica política de retiro del subsidio a los combustibles.
“El gobierno le tiene terror a las protestas”, explicó la socióloga Carol Murillo en diálogo con France 24. Enfrentar las movilizaciones con mano dura llevó a Moreno a un endurecimiento de la posición de estos grupos y a episodios de represiva violencia que derivó en la muerte de siete personas, incluido un líder indígena y dejó 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las poderosas marchas que lideraron los indígenas, que durante más de una semana abandonaron sus provincias y llegaron hasta la capital ecuatoriana para presionar al gobierno, tienen en el pasado, una historia de poderosa lucha que, en alianza con militares y otros sectores civiles, logró derrocar a tres presidentes y este 13 de octubre le propinó una dura derrota política al presidente que suscribió un crédito con el Fondo Monetario Internacional.
Explicación:
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Transformada en una zona de guerra, Quito se convirtió en el punto de ebullición del descontento social en Ecuador. Por diez días el movimiento indígena se convirtió en la principal fuerza política en las calles y logró hacer reversar al presidente Lenín Moreno al derogar la más controvertida política del ‘paquetazo económico’: la polémica política de retiro del subsidio a los combustibles.
“El gobierno le tiene terror a las protestas”, explicó la socióloga Carol Murillo en diálogo con France 24. Enfrentar las movilizaciones con mano dura llevó a Moreno a un endurecimiento de la posición de estos grupos y a episodios de represiva violencia que derivó en la muerte de siete personas, incluido un líder indígena y dejó 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las poderosas marchas que lideraron los indígenas, que durante más de una semana abandonaron sus provincias y llegaron hasta la capital ecuatoriana para presionar al gobierno, tienen en el pasado, una historia de poderosa lucha que, en alianza con militares y otros sectores civiles, logró derrocar a tres presidentes y este 13 de octubre le propinó una dura derrota política al presidente que suscribió un crédito con el Fondo Monetario Internacional.
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