kaway
Al llegar la medianoche y romper en llanto el Niño, y el establo se hizo vivo…Las cien bestias despertaron y se fueron acercando.El establo se hizo vivo… y alargaron hasta el Niño como un bosque sacudido.Bajó un buey su aliento al rostro y se lo exhaló sin ruido, y sus ojos fueron tiernos, como llenos de rocío…Una oveja lo frotaba contra su vellón suavísimo, y las manos le lamían, en cuclillas, dos cabritos…Con paso tardo, aunque firme sube por las escaleras y al verle, las alarbardas un golpe dan en la tierra.El tesón de la sangre anda de rojo anda de añil de suelo de oro.El empleado le dijo a su jefe, por favor no se queje.Llegué a la pobre cabaña en días de primavera. La niña triste cantaba, la abuela hilaba en la rueca.En donde esté una piedra solitaria sin inscripción alguna, donde habite el olvido,
y romper en llanto el Niño,
y el establo se hizo vivo…Las cien bestias despertaron
y se fueron acercando.El establo se hizo vivo…
y alargaron hasta el Niño
como un bosque sacudido.Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos,
como llenos de rocío…Una oveja lo frotaba
contra su vellón suavísimo,
y las manos le lamían,
en cuclillas, dos cabritos…Con paso tardo, aunque firme
sube por las escaleras
y al verle, las alarbardas
un golpe dan en la tierra.El tesón de la sangre anda de rojo
anda de añil de suelo de oro.El empleado le dijo a su jefe,
por favor no se queje.Llegué a la pobre cabaña
en días de primavera.
La niña triste cantaba,
la abuela hilaba en la rueca.En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,