Flexibilidad horaria: Las clases online no requieren de un desplazamiento previo al aula o un alquiler de un espacio para realizar la sesión, así que es mucho más fácil compaginar los horarios profesor-alumno.
Más económica: La oferta académica online suele ser más económica que la convencional, puesto que no hay que cubrir gastos como: transporte, mantenimiento del aula o del centro educativo etc...
Puedes elegir tu aula: Tanto si eres alumno o profesor, la ventaja de poder conectarte desde casa o desde la biblioteca, es que puedes elegir donde hacer tu clase y adaptar tu espacio a tus necesidades.
Ejercita habilidades tecnológicas: herramientas como Classgap permiten la viabilidad de la formación online. La puesta en marcha de estas aplicaciones y la constante actualización de las mismas, hace que estemos en una constante evolución de nuestros conocimientos tecnológicos.
Las prioridades a la hora de elegir docente cambian: En las clases presenciales una de las prioridades a la hora de elegir profesor particular es la proximidad, para perder el menor tiempo posible en el desplazamiento. Sin embargo esto desaparece dentro de la formación online y deja de ser un criterio de búsqueda a la hora de encontrar “el profesor ideal”. Con las clases online solo nos tenemos que preocupar de que nos guste el docente y que se adapte a nuestras necesidades formativasSocialización: Aunque la experiencia de las clases online suele ser positiva, la mayoría de los involucrados coincide con que una parte de la interacción social alumno-profesor se pierde a través de la pantalla.
Distracción: El entorno virtual nos da múltiples posibilidades y ventajas a la hora de dar o recibir clases particulares, pero también es cierto que tanto alumnos como profesores destacan que la tendencia a la distracción es más fácil en las clases online.
Requiere buena tecnología: La universalización de internet y de recursos tecnológicos es una realidad en la sociedad actual, pero también es cierto que no todas las personas tienen los recursos necesarios. Para obtener una buena experiencia con las clases online es necesario tener medios de calidad.
Exceso de pantalla: Hoy en día pasamos la mayor parte del día pegados a una pantalla, ya sea por trabajo o por estudios. Añadir formación online a tu día a día requiere por lo tanto añadir tiempo enfrente de una pantalla y no poder desconectar de internet.
El alumno puede no tomarse la clase tan en serio: hay un prejuicio asociado a la formación online frente a la formación presencial, y es que esta no es tan importante y es de menor calidad. Esto puede derivar en que el alumno no le dé la suficiente importancia a la clase que está recibiendo.
Motivación: las clases presenciales requieren de una especie de rutina que favorece a la motivación de los alumnos a la hora de recibir la clase y de sentirse conectados con el conocimiento que se está impartiendo.
Respuesta:
Flexibilidad horaria: Las clases online no requieren de un desplazamiento previo al aula o un alquiler de un espacio para realizar la sesión, así que es mucho más fácil compaginar los horarios profesor-alumno.
Más económica: La oferta académica online suele ser más económica que la convencional, puesto que no hay que cubrir gastos como: transporte, mantenimiento del aula o del centro educativo etc...
Puedes elegir tu aula: Tanto si eres alumno o profesor, la ventaja de poder conectarte desde casa o desde la biblioteca, es que puedes elegir donde hacer tu clase y adaptar tu espacio a tus necesidades.
Ejercita habilidades tecnológicas: herramientas como Classgap permiten la viabilidad de la formación online. La puesta en marcha de estas aplicaciones y la constante actualización de las mismas, hace que estemos en una constante evolución de nuestros conocimientos tecnológicos.
Las prioridades a la hora de elegir docente cambian: En las clases presenciales una de las prioridades a la hora de elegir profesor particular es la proximidad, para perder el menor tiempo posible en el desplazamiento. Sin embargo esto desaparece dentro de la formación online y deja de ser un criterio de búsqueda a la hora de encontrar “el profesor ideal”. Con las clases online solo nos tenemos que preocupar de que nos guste el docente y que se adapte a nuestras necesidades formativasSocialización: Aunque la experiencia de las clases online suele ser positiva, la mayoría de los involucrados coincide con que una parte de la interacción social alumno-profesor se pierde a través de la pantalla.
Distracción: El entorno virtual nos da múltiples posibilidades y ventajas a la hora de dar o recibir clases particulares, pero también es cierto que tanto alumnos como profesores destacan que la tendencia a la distracción es más fácil en las clases online.
Requiere buena tecnología: La universalización de internet y de recursos tecnológicos es una realidad en la sociedad actual, pero también es cierto que no todas las personas tienen los recursos necesarios. Para obtener una buena experiencia con las clases online es necesario tener medios de calidad.
Exceso de pantalla: Hoy en día pasamos la mayor parte del día pegados a una pantalla, ya sea por trabajo o por estudios. Añadir formación online a tu día a día requiere por lo tanto añadir tiempo enfrente de una pantalla y no poder desconectar de internet.
El alumno puede no tomarse la clase tan en serio: hay un prejuicio asociado a la formación online frente a la formación presencial, y es que esta no es tan importante y es de menor calidad. Esto puede derivar en que el alumno no le dé la suficiente importancia a la clase que está recibiendo.
Motivación: las clases presenciales requieren de una especie de rutina que favorece a la motivación de los alumnos a la hora de recibir la clase y de sentirse conectados con el conocimiento que se está impartiendo.