10 datos sobre la población mundial (no Wikipedia)
Luzenith123palacio
La historia es una larguísima novela cuyo desenlace nunca alcanza a conocerse. Rudyard Kipling decía que al fabulista le es dado imaginar la historia, pero no la moraleja. Chesterton, con ironía sutilísima, veía, en El hombre que fue jueves, la paradoja que representa el desenlace histórico de los fenómenos en sociedades cada vez más complejas. La historia es, siempre, un enorme cajón de sorpresas.
Desde la época clásica, la democracia fue concebida como el método político para que los ciudadanos, pese a sus diferencias, pudieran vivir en regímenes de igualdad y justicia; para que todos pudieran participar en la formación de la voluntad colectiva y cada uno recibiera del Estado los satisfactores a que tiene derecho por su participación en la vida de la legalidad y la paz. La democracia nació con la finalidad de destruir los intermediarios entre el poder público y el ciudadano, para que cada quien pudiera expresarse y contribuir así a la administración política de lo que es de todos. Los métodos de representación no pueden entenderse como auténticos intermediarios a la manera de los gremios medievales o las castas asiáticas, sino como formas de participación que permiten el diálogo ordenado. Resulta paradójico pensar que, a la vuelta de los siglos, aquellos métodos ideados para evitar el secuestro de la voluntad individual, se convirtieran en amos y señores de las democracias en perjuicio de los derechos de los grupos y los individuos.
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andresi333
Literal 10 datos sobre la población mundial
Desde la época clásica, la democracia fue concebida como el método político para que los ciudadanos, pese a sus diferencias, pudieran vivir en regímenes de igualdad y justicia; para que todos pudieran participar en la formación de la voluntad colectiva y cada uno recibiera del Estado los satisfactores a que tiene derecho por su participación en la vida de la legalidad y la paz. La democracia nació con la finalidad de destruir los intermediarios entre el poder público y el ciudadano, para que cada quien pudiera expresarse y contribuir así a la administración política de lo que es de todos. Los métodos de representación no pueden entenderse como auténticos intermediarios a la manera de los gremios medievales o las castas asiáticas, sino como formas de participación que permiten el diálogo ordenado. Resulta paradójico pensar que, a la vuelta de los siglos, aquellos métodos ideados para evitar el secuestro de la voluntad individual, se convirtieran en amos y señores de las democracias en perjuicio de los derechos de los grupos y los individuos.