GRECIA Y ROMA Los primeros caligramas conocidos se deben a poetas griegos del periodo helenístico (siglo IV- año 30 a.C.) Esta modalidad poética tiene una raíz religiosa, pues procede de ofrendas y exvotos sobre los que se inscribían el nombre del donante y la ocasión de la donación en líneas -o versos- que, por necesidad se adaptaban a la forma del objeto ofrecido. El poema-huevo de Simmias fue compuesto sobre este objeto. Su lectura debía hacerse girando la mano. La técnica fue imitada por poetas latinos. Los romanos llamaron a estas poesías- y a otras en las que de algún modo intervenían factores visuales- technopaegnia (nombre propuesto por Ausonio) o carmina figurata. EDAD MEDIA Los caligramas no fueron desconocidos durante la Edad Media. Muchos de los ejemplos de esta época que se conservan no son caligramas propiamente dichos porque contienen elementos pictóricos. Es común en esta época hallar ejemplos de caligramas en prosa. La Biblioteca Nacional de París guarda un manuscrito griego de los Hechos de los Apóstoles (s.X) que contiene cerca de mil caligramas en prosa. RENACIMIENTO El humanismo del siglo XVI, tras descubrir los caligramas clásicos, trató de imitarlos, tanto en griego y latín como en lenguas vulgares, de modo que este género poético se revitalizó. Julio César Scaligero (1484-1558) publica un texto en forma de huevo de ruiseñor -en el que hace referencia a Simmias- y otro en forma de huevo de cisne. El huevo, de origen clásico, y por haberse difundido a través de un erudito tan influyente como Scaligero, reaparecerá a menudo después. Uno de los autores que cultivará este género es François Rabelais (1494?-1553). En 1572 aparece un curioso libro que recoge numerosos caligramas compuestos por alumnos: una flauta latina, un laberinto, un rombo, unas alas griegas...
Julio César Scaligero (1484-1558) publica un texto en forma de huevo de ruiseñor -en el que hace referencia a Simmias- y otro en forma de huevo de cisne. El huevo, de origen clásico, y por haberse difundido a través de un erudito tan influyente como Scaligero, reaparecerá a menudo después.
Uno de los autores que cultivará este género es François Rabelais (1494?-1553). En 1572 aparece un curioso libro que recoge numerosos caligramas compuestos por alumnos: una flauta latina, un laberinto, un rombo, unas alas griegas...